"Mi casa es pobre pero ordenada": mujer responde a las críticas y da una lección de vida a todos
No existe lugar más sagrado que la propia casa. Nuestros hogares son nuestro mejor lugar en el mundo, espectadores de nuestros momentos más hermosos y de aquellos un poco más tristes. Siempre están listos a recibirnos al final del día haciéndonos sentir al seguro. Nuestros hogares nos ven crecer, nos ven lograr nuestras metas e indudablemente, es el lugar por excelencia en el cual proyectamos nuestros sueños más grandes. Decoramos nuestras casas siguiendo nuestros gustos dando especio a toda nuestra fantasía, haciéndola parecer el espejo de nuestra personalidad. El aspecto más hermoso de nuestra casa es que ninguno puede decirnos que cosa debemos hacer, somos libres de ser lo que queremos ser y somos sobre todo libres de hacer todo lo que queramos.
Para tener una casa limpia y organizada no sirven muchas riquezas. No sirve decorarla con muebles suntuosos y telas de calidad; no sirven cuadros majestuosos ni platería lujosa; todo lo que nuestra casa tiene necesidad es amor y atención, poque amándola podemos tener el mejor de los cuidados posibles, independientemente de nuestro estatus social. Para volver preciosa una casa basta tener solo una pizca de ingenio y esto nos lo enseña Ana Belén Loor Espinoza, una joven madre soltera que dispone de una cuenta TikTok con más de 11.000 seguidores. En sus videos, Ana muestra orgullosamente su humilde casa: un hogar muy modesto y para nada lleno de adornos. Es una casita sin demasiadas pretenciones, construida con madera y cañas, cuidada en los más mínimos detalles.
Las condiciones en las que vive Ana no son de las mejores, pero su casa es seguramente el reflejo de su espíritu: pobre pero inmaculada e increíblemente organizada. Su habilidad en hacer su demora impecable en cada mínimo detalle ha fascinado a sus seguidores, que aumentan día tras día. El mundo de la web es un maravilloso lugar para compartir, pero es gobernado también por persones que no pierden nunca la ocasión de atacar a quien se expone públicamente. Lamentablemente, Ana debe afrontar cotidianamente los prejuicios negativos del pueblo de la web, en lugar de apreciar su saber volviendo calurososp y acogedor un ambiente muy pobre prefieren humillarla, afirmando que habría podido esforzarse más para encontrar un lugar más lindo y aceptable para criar a sus hijas.
Indudablemente, la web sabe ser un lugar en grado de hacer quebrar las certezas de una persona, pero este no es el caso de Ana, que sabe bien que para criar a los propios hijos no es necesario vivir en un ambiente lujoso dotado de enormes habitaciones. Ana no se ha dejado nunca abatir por las críticas de los demás y no se ha callado ni siquiera, prefiriendo siempre responder con la sonrisa, convencida de ser una madre amorosa y que sus hijas tienen una casa capaz de darle todo lo que necesitan, aunque si no está hecha de cemento.
Sobre su cuenta de TikTok de esta joven mamá, podemos ver con nuestros ojos las condiciones en la que vive junto a sus hijas. La cocina está ordenadísima y está equipada de todo lo que necesita para comer y para limpiar, en su interior hay una heladera muy grande y dos mesitas perfectas sin siquiera una silla fuera de lugar. La sala está impecable, con sus sillones coloridos y la televisión colgada en la pared. Las habitaciones son absolutamente perfectas, adornadas con cortinas y muebles de colores.
Es un dato de hecho, pobreza no es sinónimo de desorden o de desorganización y no todas las casas lujosas se tienen de manera impecable. Los videos de Ana son una lección impartida a quien está acostumbrado a juzgar basándose sobre la apariencia, a quien ha intentado de callarla y humillarla, a quien ha intentado de hacerla sentir en culpa solo porque todo lo que puede ofrecerle a las hijas es una casa hecha de madera.
Lo que distingue una casa de tres pisos a un pequeño departamento es la grandeza, pero emocionalmente no hay casas mejores o peores que otras. Nuestras casas, grandes o pequeñas que sean, tendrán siempre un lugar especial en nuestro corazón, que no podrá nunca ser comparado con todas las riquezas del mundo.
