Un agricultor se niega a vender el terreno y ahora trabaja en el campo rodeado de casas y edificios
Una hermosa flor en el medio del asfalto, el terreno de este hombre sobresale en medio de los edificios de una ciudad industrializada. Hoy queremos contarles la historia de Michal Myslowski y de su gran amor hacia su tierra. Michal es un agricultor polaco de Lublino, la novena ciudad más grande de Polonia. A diferencia de los otros agricultores de su zona, no se ha dejado convencer nunca po las tantas propuestas de los terratenientes que querían adquirir su terreno para poder continuar la construcción de edificios y palacios, comenzando todo alrededor de estos últimos años.
No entendiendo la profunda atracción que lo une a sus hectáreas de tierra, hay quien ha juzgado negativamente la elección de Michal, etiquetándolo como "loco" por no haber aprovechado las ofertas irrepetibles que mano a mano se le iban presentando adelante. Frases como "antes o después te arrepentirás" estaban a la orden del día; pero contra cada expectativa Michal no ha cambiado de idea jamás.
Su testarudez hizo que su terreno, único espacio natural en medio de tanta evolución, creara un panorama bizarro, una mezcla entre modernidad y antiguedad, exactamente como dos caras de la misma moneda. Los edificios llenos de departamentos rodeados de calles traficadas, empresas y centros comerciales de última moda no rasgaba la paz de Michal, que continúa cultivando su colza despreocupado sobre su cosechadora.
La convivencia con los vecinos es pacífica; estos últimos, conscientes de cuanta necesidad tiene Michal de desarrollar su trabajo, no parecen de hecho molestos por los rumores de las maquinarias agrícolas; al contrario, los residentes adoran asomarse a la ventana y relajarse mirando aquel pequeño espacio verde que asoma en el medio del gris de la ciudad. El terreno es muy amado incluso por los niños, que cada año esperan el momento de la cosecha con gran entusiasmo.
El terreno de Michal es una bocanada de aire para los transeúntes, que entre los giros en la ciudad adoran detenerse para inmortalizarlo con fotos y videos publicando todo en las redes sociales. Las fotos han dado la vuelta por la web logrando despertar interes en los noticieros que, recibidos por el hombre con serenidad, han contribuido a difundir esta historia de amor y de sacrificio. Numerosos han sido también los comentarios del pueblo de la web, algunos de los cuales han declarado que preferirían en todo sentido respirar esta mágica atmósfera en vez de aquella deprimente donde están obligados a vivir.
Michal habría podido adecuarse a un mundo en continua evolución vendiendo su terreno para enriquecerse e invertir en algo nuevo. Haciendo lo contrario nos ha demostrado admirablemente, que a veces, ¡ir contra la corriente puede ser la elección correcta!