"Ya no quiero esconderlas": una joven de 25 años con canas deja de teñirse y se ama tal como es
¡Para algunas mujeres encontrar la primer cana es una verdadera tragedia! La mayoría de las veces, las canas son consideradas extremadamente antiestéticas, motivo por el cual entran en juego los tintes, que se convierten en aliados de la belleza por el resto de la vida. Sin embargo, algunas mujeres están cansadas de tener que esconderse y quieren normalizar este aspecto tan natural que nos afecta a todos. Una de estas es Sophie McGrath, una alfarera australiana de 27 años que, con 25 años, decidió aceptar su cabello gris y blanco sin volver a teñirse nunca más.
via Metro
Cuando Sophie descubrió su primera cana tenía solamente 13 años, pero no se lo tomó mal, se limitó simplemente a tomar una pinza y se la quitó, sin pensarlo. Con el paso del tiempo, sin embargo, las canas parecían aparecer como hongos y Sophie no podía evitar seguir sacándoselas, hasta sus 15 años, cuando ya le habían llenado toda la cabeza y no le quedaba más remedio que teñirse.
A pesar de que para muchas puede ser frustrante, Sophie no le dio especial importancia a esta condición; el único aspecto aburrido era tener que teñirse siempre, a pesar de que esto le permitió expresar su lado creativo probando muchos colores que, se sabe, en cabellos tan claros son aún más brillantes. La joven siguió tiñéndose el cabello durante 10 años, hasta cuando, con 25 años, se cansó de gastar tanto dinero y decidió que había llegado el momento de abrazar a su cabello gris y blanco, considerándolo, no como un defecto, sino como una particularidad: "Mi confianza era baja cuando me teñía el cabello, porque sentía que debía esconder algo que para mí era natural".
Además de convertirse en una obsesión, porque siempre debía estar atenta a esconderlas perfectamente, el cabello de Sophie se estaba debilitando cada vez más debido a todos los componentes químicos presentes dentro de la tintura. Una vez que lo aceptó, la joven, no solo decidió mantener su cabello así como estaba también el día de su boda, sino que reforzó el gris tiñendo las puntas del cabello.
Sin dudas, fue el mundo de Instagram la que la ayudó a aceptar su cabello. La joven comenzó a seguir a varias influencers que, como ella, tenían canas, y que estaban motivando a las demás mujeres a aceptarlas, sin preocuparse de los juicios de los demás. Hoy en día, Sophie se siente mucho más segura, se siente libre, no es más esclava de la preocupación en tener que esconder una parte de ella: "Salir de los esquemas en este mundo me ha dado la seguridad de hacer lo mismo en otras áreas de mi vida, y estoy feliz de haber dado el primer paso".
Tener canas no es sinónimo de envejecimiento, es algo natural que le sucede a miles de personas en el mundo, incluso a muchas jóvenes. En resumen, ¿realmente vale la pena esconder una parte de uno cuando podemos sentirnos libres?
