Técnico de la línea telefónica ayuda a una mamá en dificultad tomando en brazos a su hijo enfermo
A veces hay noticias que leyéndolas, logran arrancarnos una sonrisa sobre todo a los padres. Pequeños eventos que cambian el corazón de las personas y hacen esperar un futuro mejor. Gestos que, una vez publicados en las redes sociales, crean pequeños héroes de lo cotidiano.
Es el caso de Robert, un técnico especializado en instalaciones de internet, que ha intervenido en una situación difícil ayudando a la mamá de un niño ciego. Una ayuda totalmente desinteresada, improvisado, pero que ha permitdo al pequeño y a la mamá recuperar su serenidad.
Todos los padres saben que cosa significa vivir uno de aquellos días donde un niño llora continuamente por horas. Todas las mamás saben que cosa quiere decir estar obligadas a tener que desarrollar todas las tareas cotidianas de una casa con el ruido del llanto de un pequeño. Pero las cosas son también más difíciles cuando el propio niño sufre problemas de salud. En el caso del hijo de Jessica Nash Donnahoo, una mamá americana, se trata de una rara enfermedad mental que dejó completamente ciego a su pequeño de tres años.
Una situación difícil, hecho todavía más difícil dado que Sailor, este es el nombre del niño, quería todas las atenciones y le impedía a la mamá Jessica seguir las necesidades de su hermanita de dos años.
Un gesto admirable...
Es a ese punto que Robert llega a la casa de Jéssicapara realizar una normal tarea de actualización de la línea de Internet y de la TV por cable. "Habría podido entrar rápidamente", escribió en Facebook la mamá. "Habría podido realizar únicamente sus tareas y luego escapar a la velocidad de la luz: lo habría entendido viendo la confusión y el ruido que reinaba en casa".
Sin embargo Robert se ha comportado de manera diferente.
El técnico, viendo la situación, no se dejó asustar. Robert se sentó cerca de Sailor, ha comenzado por hablarle y conquistando su confianza. Luego, generosamente, lo tomó en brazos, lo consolo con mimos y lo acunó hasta hacerlo relajar. El niño entonces dejó de llorar y yo pude terminar todas las tareas que habían quedado en suspenso.
"Se ha tratado de un momento de pura humanidad, de dulzura infinita" cuenta la madre.
El suceso que esta pequeña gran historia ha recogido en la web ha asombrado sobre todo a Robert. "No hice nada de particular" ha dicho el técnico simplemente, "siendo un padre también yo, entendí la situación y pude intervenir como habría hecho por uno de mis hijos. ¡Ciertamente, no me esperaba tanto clamor por algo tan simple!"
Sin embargo, en un mundo siempre más insensible, cada gesto de humanidad es justo que venga celebrado e incluso premiado.
