No tiene dinero, ni casa: indigente acoge a 30 perros y vive junto a ellos acampado en un terreno
A menudo las personas piensan que tener mucho dinero les permite comprar muchas más cosas, y en parte esto es verdad. Indudablemente, tener mucho dinero nos permite vivir más cómodos sin tenernos que preocupar por las facturas que se vencen; pero hay cosas que, a pesar de tener todo el dinero del mundo, una persona jamás podrá comprar: los valores, como el amor, la amistad, la humanidad y la amabilidad.
Para ser maravillosos seres humanos, no se necesita enviar la riqueza a una cuenta bancaria, sino precisamente al corazón, exactamente como hizo Oleg, un indigente con un alma amable que acogió a 30 perros callejeros con los que vive en su humilde tienda, en el medio de un terreno libre.
Mientras hay personas llenas de dinero que no están dispuestas a mantener ni si quiera a 1 o 2 perros, Oleg, intentó mantener a unos 30 sin nada de dinero en su bolsillo: su condición econonómica parecía no ser importante frente a su voluntad de regalarles a ellos incluso lo mínimo indispensable.
Inicialmente, este adorable indigente tenía solamente dos perros. Con el paso del tiempo y con el apareamiento, su "gran familia" se alargó de manera espectacular: más los cachorros aumentaban, más Oleg los acogía, sin abandonar ni siquiera a uno.
Cuando los rescatistas de Love Furry Friends, un canal de youtube dedicado al rescate de los animales, conocieron la situación de Oleg, decidieron descubrir algo más sobre él para poder divulgar este espléndido gesto de amor y altruismo. Una vez en el lugar, el equipo se dio cuenta que no podía dejarlo en esas terribles condiciones, movilizándose para ayudar también a los 30 perritos.
Los rescatistas regresaron a visitarlo pocos días después, llevándole comida para poder alimentar a todos los perros. A pesar de que el indigente estaba profundamente unido a todos los perros, el equipo tomó conciencia del hecho que no podían vivir más con él a largo plazo. Por este motivo, el equipo entero se puso a la búsqueda de una familia para cada uno de ellos, aunque con muchas dificultades, porque a los perros adultos les cuesta un poco más encontrar una familia preparada para recibirlos.
El equipo se aseguró también de que los perros que necesitaban atenciones médicas la recibieran inmediatamente, como la perra Julie, que tenía problemas de vista, o Toma, que había sido atropellada hace un tiempo.
En la espera de encontrarles una familia, y dado que el número de perros ya era muy elevado, el equipo tomó en consideración castrar a las hembras, así para evitar el riesgo que pudieran nacer otros cachorros destinados a vivir en el medio de la calle. A pesar de que Oleg está feliz que sus cachorros estén encontrando un lugar más seguro donde poder vivir, el hecho de no tenerlos más a su lado no le facilitará la vida, porque siempre estuvo muy agradecido de compartir sus días solitarios junto a ellos.
Quién sabe si algún otro en el lugar de Oleg hubiera acogido a todos estos cachorros en tan malas condiciones, personas como él son muy raras de encontrar. ¿Ustedes qué piensan?