Un indigente devuelve un valioso anillo de diamantes a una joven que se lo había donado por error
A veces el valor de una persona es mucho más valioso que el de sus bolsillos. Hay personas que llevan una vida realmente difícil pero que nunca se aprovecharían para dañar a alguien más afortunado que ellos. Símbolo de personas como estas es seguramente Billy Ray Harris, un humilde indigente que, a pesar de vivir bajo un puente de Kansas City, devolvió un valioso anillo de diamantes a una joven que lo había perdido por accidente, precisamente mientras le estaba dando algo de dinero.
via Today
Todo comenzó un día cualquiera: Billy estaba pidiendo limosna a los transeúntes como todos los días. Entre estos estaba también Sarah Darling, una mujer a punto de casarse que, mientras dejaba el dinero en el bolsillo del indigente, dejó caer accidentalmente el costoso anillo de compromiso que apresuradamente había puesto en la bolsa donde había tomado el dinero para dar.
Al principio, Billy estaba realmente entusiasmado por haber recibido el anillo y obviamente, pensó en venderlo para recaudar el dinero necesario para mejorar su calidad de vida. Convencido que una ocasión así no le pasaría nunca más, el indigente se dirigió hacia una casa de empeños, donde le propusieron 4 mil dólares. A pesar de ser una propuesta tentadora para un hombre sin ni siquiera una casa, Billy sentía en el profundo de su corazón que venderlo no era lo más correcto.
Mientras tanto, Sarah, que se había dado cuenta de lo sucedido, entró en pánico y mientras otra persona ni siquiera intentaría recuperarlo, ella decidió regresar con Billy, con la esperanza que aún lo tuviera y que se lo devolviera. Cuando Sarah lo encontró, quedó gratamente sorprendida del hecho de que el anillo aún estaba allí y que se devolvieron sin ni siquiera tener que preguntar.
En ese momento, Sarah y su futuro esposo Bill querían hacer algo por él. La mejor manera para ayudarlo era organizando una recaudación de fondos, que tuvo éxito y que alcanzó la suma de unos 190 mil dólares. Gracias a todo ese dinero, Billy finalmente logró cambiar su vida: se compró un auto, comenzó la remodelación de su casa en donde se mudaría y, gracias a los medios que hablaron al respecto, encontró a su familia, que lo creían muerto desde hacía tiempo: "Cuando pienso en el pasado, agradezco a Dios que haya terminado. Ahora me siento humano".
Ahora casados y con una hija, Sarah y Bill han mantenido una hermosa relación con Billy, tanto que han ido juntos más de una vez a los partidos de Kansas City Royals.
Si Billy no hubiera hecho esa buena acción no se encontraría viviendo una vida más cómoda. En lugar de aceptar los 4 mil dólares del anillo, el hombre de 55 años prefirió devolverlo a la legítima dueña, ganándose 190 mil dólares. ¿Destino o milagro? Cualquiera que sea este extraordinario final feliz, podemos decir que, hasta hoy, Billy debe agradecer solo a una persona por el maravilloso giro que ha tomado su vida: él mismo.
