Tarantino: "Mi madre no tendrá un centésimo de mi dinero. No ha creído en mi cuando era pequeño"
Alentar a los hijos a seguir los propios sueños. Apoyándolos en lograr hacer realidad un proyecto de vida. Mucho más simple es decir que hacer. El miedo es ver a los hijos hacer las elecciones equivocadas, pero, es el caso de decirlo, hay veces donde hay también mucha presunción de querer hacer a los hijos lo que se había planificado en la mesa por ellos.
Por todos lados hay historias, de padres que han creído hasta el fondo en la capacidad de los hijos y de hijos que no se les cortaron las alas. ¿Pueden creer que entre estos está también el señor Quentin Tarantino? el multi-premiado director de películas del calibre de Pulp Fiction, Hienas, Django Unchained, incluso actor, escenógrafo, doblador.
En una reciente entrevista ha puesto negro sobre blanco sus intenciones: "He jurado no darle nunca un centésimo a mi madre". ¿El motivo? No haber creído en él cuando era solo un niño con una pasión desmedida por el cine.
via indy100.com
Es siempre muy extraño venir a saber que personajes extraordinarios, creativamente hablando, como Quentin Tarantino tengan a sus espaldas historias "normales", una familia para nada fuera de lo común, con sus méritos y defectos.
A menuso nos preguntamos cual ha sido el camino que ha llevado a tal suceso, que estudios, cuales afortunados encuentros, cuales estímulos. Y bien, parece que Quentín Tarantino ha tenido en su juventud pocos estímulos, al menos por parte de su familia.
En una reciente entrevista, realizada en un programa de podcast "El Momento", Tarantino habla de su madre, Connie Zastoupil, que lo trajo a la luz en 1963 a tan solo 16 años. Según lo que surgió de la entrevista, entre los dos no corre una buena relación, desde cuando Quentín tenía poco más de 10 años.
Tarantino afirma haber comenzado a escribir guiones a la edad de 12 años. Su pasión por el cine era solo en los comienzos, incluso sentía un impulso imparable imaginando personajes, historias, finales sorpresivos.
Pero alrededor a él no había muchas personas que creían que aquella pasión suya lo habrían llevado a ser un hombre famoso en todo el mundo. Cuenta que la madre no ha creído jamás en él: el pequeño Quentín y la mamá se enfrentaban cotidianamente porque "perdía tiempo" escribiendo guiones en vez de hacer las tareas de la escuela.
Incluso los profesores no habían entendido su talento: creían que lo suyo era un acto de rebeldía, un modo para no llevar a término los proyectos escolares.
La familia, el suceso, el premio Oscar y los innumerables otros reconocimientos no han opacado la memoria de Tarantino, que hasta hoy no olvida las dificultades que ha encontrado para afirmarse, sobre todo aquella con la madre. Por ese motivo en la entrevista ha afirmado: "He jurado no darle nunca un centavo de mi dinero a mi madre."
Ahora, imaginene si solo la madre hubiese logrado estimular al hijo a seguir el camino del cine: si solo Tarantino hubiese sido menos testarudo. El mundo del cine habría sido hoy decididamente más aburrido, ¿no les parece?
