Perrita escapa de la casa para encontrarse con su patrona en el lugar de trabajo: pensaba que había sido abandonada
Cada vez que nos piden describir a nuestros perros, entre las miles de virtudes que podemos reconocerles hay dos en particular, que son absolutamente infaltables: la lealtad y la fidelidad.
Los perros son seres humanos con la cola y con las patas, porque son capaces de adaptarse a cada situación exactamente como haríamos nosotros y sobre todo, son capaces de sentir el más puro de los sentimientos: el amor, encariñándose a las personas que los acogen hasta el final de sus días. A demostrar todo el amor que un perro puede efectivamente sentir ha sido Indy, una bellísima perrita de Connecticut que, sin pensarlo dos veces, ha realizado un gesto que no ha pasado de hecho desapercibido.
via WSFB 3
Indy está muy encariñada a su humana, una joven de nombre Liza Thayer. Un día, Liza debía casarse momentáneamente en otra ciudad para festejar la boda de una amiga muy querida suya y para la ocasión dejó a Indy con sus padres para que se hicieran cargo y la cuidaran. Con la sensación que no habría regresado pronto, la perrita pensó que su humana la había abandonado y guiada por su instinto, esperó que los padres de Liza la llevaran al parque para escapar.
En realidad, Indy no viajó sin meta, al contrario: su objetivo era dirigirse al lugar de trabajo de Liza, el hogar de ancianos Deep River. Afortunadamente, la perrita recordaba muy bien donde estaba situada la estructura y esto, porque cada tanto, la joven la llevaba al trabajo con ella para levantarle el ánimo a los ancianos y discapacitados que ella atendía. Indy corrió por 3 kilómetros y después de 15 minutos, es vista por la telecámara de seguridad situada en la calle junto al hogar de ancianos. Evidentemente, según el razonamiento de Indy, Liza no podía estar en ninguna otra parte si no era en el trabajo, visto que no estaba en su casa.
Casi dos horas después de la fuga, el propietario de la estructura se da cuenta de la presencia de Indy y reconociéndola, llamó de inmediato a los padres de Liza. Al mismo tiempo, la perrita fue recibida por los residentes del hogar de ancianos que, como era de costumbre, apreciaban muchísimo su compañía y le dieron muchos manjares para saborear. Después de haber recibido confirmación de los padres de Liza, Indy es acompañada a la casa.
Obviamente, la joven es avisada inmediatamente de lo ocurrido y se sintió extremadamente agradecida por como había terminado la historia: "Agradezco a todas mis buenas estrellas por haber llevado a casa a Indy. Somos muy afortunados en tener tantas personas así que cuidan de nosotros".
No debe haber sido simple para Liza saber que su perrita se había sentido abandonada y probablemente se habrá sentido en culpa por haber hecho que Indy estuviera tan desesperada como para escapar y hacer todos esos kilómetros sola, con el riesgo de perderse o ser atropellada por algún auto.
Afortunadamente, todo está bien mientras termina bien y ahora, Indy está nuevamente en su lugar preferido: entre los brazos de su mamá humana.
