Fallece uno después del otro y son sepultados de la mano en el mismo ataúd
Cada historia de amor es especial a su modo, ¿pero cuantas de estas tienen la suerte de durar para toda la vida? Habrá seguramente alguien, allí afuera, a ser escéptico sobre la existencia del amor puro e incondicional, estamos seguros que cualquiera que piense en una cosa del estilo incluso está listo en afirmar que el verdadero amor no existe. Sin embargo, probablemente, por cuanto esta seguridad pueda estar radicada en sus convicciones, leyendo la historia de Raymond y de Velva Bruer podrían cambiar de idea.
via Herald Online
Raymond y Velva han crecido en la misma ciudad y frecuentaron la misma escuela. No obstante quisiera causar una buena impresión, el primer acercamiento de Raymond fue completamente desastroso: con la intención de llamar la atención de Velva, de hecho, Raymond, que en esa época era solo un jovencito, golpeó a la mujer con un atizador de chimenea, dejándole accidentalmente una cicatriz.
No obstante esta primera, trágica, impresión, Velva se enamoró lo mismo de Raymond y después de un período de noviazgo, los dos se casaron en 1940, marcando el maravilloso comienzo de una entera vida juntos transcurrida en el condado de Phelps, en Missouri. Los dos compartieron su cotidianidad por la extraña belleza de 77 años, tuvieron 6 hijos, 18 nietos y montón de bisnietos. Su unión era mágica e inseparable, tenían en común el amor por la lectura e incluso cuando Velva pasó un período en un centro de rehabilitación, Raymon la siguió para no dejarla sola.
Estos dos esposos liberaban amor por cualquier lado que anduvieran, tanto que, quien ha tenido la suerte de conocerlos, siempre los ha descrito como "fascinados del amor que sentían uno por el otro y por su familia": "No se han dejado nunca, era un verdadero amor".
Lamentablemente, en un cálido agosto del 2017, Raymon fallece sosteniendo la mano a su Velva, que lo alcanza trágicamente solo 30 horas después. Los dos, entonces, fallecieron a distancia de pocas horas: Raymond tenía 97 años mientras Velva tenía 96.
Durante la planificación del funeral, el hijo de la pareja recordó claramente las palabras que el padre le dijo a una enfermera poco antes de partir, si se hubieran ido juntos, habría querido que fueran también sepultados juntos, en el mismo ataúd. No se sabe si Raymond pronunció aquellas palabras por broma, pero los hijos eran conscientes del hecho que si hubiesen escuchado ese pedido, habrían honrado aquel gran amor permitiéndoles vivir juntos también la otra vida.
Juntos, en otra vida
Public Domain Pictures/Not The Actual Photo
Y así ocurrió: Raymond y Velva fueron sepultados en el mismo ataúd, juntos, de la mano y nunca más podrán separarse.
¡Al final, el amor de Raymond y de Velva ha sido tan potente que fue más allá de la vida terrenal!