Suspendido en la escuela, la mamá lo castiga haciéndole tirar la basura y cortar el césped de los vecinos
Desde siempre hablando de la educación de los hijos hay una cosa que divide a los padres: los castigos. Hay quien dice que para aprobar la enseñanza de manera ejemplar es obligatorio castigar a los hijos con restricciones, prohibiciones o de hecho castigos físicos. Otros en cambio sostienen que el dialogo y un breve sermón puede ser suficiente para poner a los niños por el buen camino. Dos escuelas de pensamiento muy contrastantes que apuntan ambas a la madurez de los niños para asegurarse que no se repitan determinadas acciones. Hay un tercer grupo de padres que ha encontrado en las tareas domésticas un castigo opcional. Esto es lo que ha inventado la mamá de Jadarien, suspendido en la escuela por una mala conducta...
via Express Digest
Demetris Payne, muy desilusionada por el comportamiento del hijo adolescente ha escogido una manera para hacerle comprender al joven el valor de la instrucción y de la buena conducta. El joven de trece años de hecho, ha sido suspendido en la escuela por tres días después de diferentes reclamos y notas sobre el registro. Pero la madre, ha decidido aprovechar justamente estos tres días para "castigar" a su Jadarien a través de un método alternativo que parece haber funcionado.
Después de haber elegido en detalles el plan, la mamá del adolescente ha comenzado a publicitar a su Jadarien como "personal de mantenimiento", cualquier trabajo iba bien. Y así, en pocas horas sobre las redes sociales la brillante idea de Demetris ha comenzado a obtener un discreto suceso.
El joven de hecho habría recogido la basura, cortado el pasto, limpiado los patios e incluso lavar el auto de los vecinos de casa. Obviamente estos servicios habrían sio totalmente gratuitos, descontando en este modo el castigo escolar en el mejor de los modos: volviéndose útil.
La mamá luego ha explicado a Jadarien que estos trabajos forzados no tenían como objetivo castigarlo, sino más bien enseñarle el valor de la disciplina y del deber. Volverse útil trabajando por tres horas al día habría enseñado al adolescente a someterse a determinadas reglas sin hacerle faltar el respeto a los adultos y a sus maestros.
Efectivamente la penitencia parece haber sido de gran ayuda para el joven. Volviendo a la escuela, las maestras se asombraron por el nuevo comportamiento en clase de Jadarien y no han dudado en preguntarle a la madre cual había sido el secreto.
Sucesivamente el joven ha establecido un plan de acción con los mismos maestros para realizar durante el año de manera tal ir siempre de acuerdo con todos.
En definitiva, no siempre son obligatorios los castigos severos en grado de inspirar únicamente temor y miedo en el joven. A veces es suficiente tener un poco de creatividad ¡y encontrar un canal comunicativo correcto con los más jóvenes en busca del buen camino!
