No puede pagar un vestido de princesa para su hija,el papá lo hace con bolsas de plástico
A veces los padres son capaces de grandes cosas para regalarle una sonrisa a sus hijos. Algunos padres en particular harían todo lo posible para complacer a su hija, hasta realizar un vestido de princesa con bolsas de compras. Con pocos recursos económicos, pero con una increíble creatividad, no dudó en buscar una solución para complacer a su pequeña princesita. El resultado final, ha emocionado no solamente a la niña, sino también al mundo entero.
via Balanço Geral
Luciano Carvalho es el papá protagonista de esta historia emocionante. A través de su creatividad le mostró a todo Brasil y al mundo entero que, para ser un buen padre, no es necesario hacer regalos increíblemente costosos, más bien escuchar realmente las exigencias de sus hijos. Su hija de dos años Samira, de hecho, deseaba solamente una cosa: participar a una fiesta vestida de princesa de cuentos de hadas. Una petición aparentemente simple que, sin embargo, puso a su padre en dificultades.
Luciano es de hecho un hombre humilde, trabaja como obrero en una fábrica de automóviles y lamentablemente, no posee los recursos económicos suficientes para satisfacer las demandas de su pequeña. Como sucede en cualquier escuela, al final del año escolar se realizan diversas fiestas y bailes de disfraces. Samira, apenas supo de la noticia, no logró contener su alegría soñando participar junto a sus compañeros a la fiesta vestida de rosa. El papá entusiasmado por la noticia no se dejó desanimar por el valor exorbitante de los vestidos de princesa y buscó día y noche una solución alternativa.
Hasta que en un momento, llegó la idea: el vestido se realizaría con bolsas rosas de plástica para las compas. Además, la creatividad ya forma parte de la familia en la casa de Samira: "No queríamos que nuestra hija quedara excluída por nuestra culpa, y dado que siempre mi esposa y yo hemos fabricado cualquier tipo de objetos con materiales reciclables hemos aceptado el nuevo desafío", cuenta el papá.
Para entender como crear materialmente "el vestido a medida", el papá Luciano se basó en internet buscando varios tutoriales para realizar paso a paso un disfraz de princesa con las bolsas de las compras. Después de haber acudido varias veces al mercado local para conseguir la mayor cantidad de bolsas posibles, el vestido toma forma. "Siempre hacemos compras en ese supermercado y ya nos conocen perfectamente. Entonces cuando les hemos explicado nuestras intenciones y nuestra idea, todos vinieron hacia nosotros regalándonos una montaña de bolsas rosas, perfectas para el vestido", continúa Luciano, el padre de la princesita.
Una vez completado, el vestido era perfecto. Ahora se necesitaba solamente mostrárselo a la pequeña Samira, impaciente de participar a la fiesta. No hace falta decir que la sorpresa emocionó a la pequeña princesa, que saltó de la alegría sabiendo que iba a poder participar a la fiesta con el vestido de sus sueños.
Al llegar a su clase, parecía ser la niña más feliz del mundo: finalmente su sueño se había cumplido gracias a la creatividad de sus padres. "Apenas vi al padre de Samira acompañar a su hija con tanto amor a la fiesta y con el vestido alternativo hecho a mano, ha logrado conmoverme. Lo que estaba sucediendo era tan emocionante. Samira se sentía realmente una princesa. Bailaba, se balanceaba en ese vestido y jugaba con sus compañeros. Nunca la había visto tan alegre", concluyó luego la maestra Aline Dias.
En fin, no se trata de un simple vestido hecho con bolsas y costuras improvisadas, sino de un gesto lleno de amor paternal. Ningún material valioso puede reemplazar la creatividad de un padre que adora a su hija. ¡Felicitaciones a este gran padre!