Una niña regala sus vestidos a la compañera que fue intimidada: "La tomaron como punto porque no vestía a la moda"
Ser víctimas de bullying en la escuela está muy difundido en todos los grados escolares. Cada año son muchos los jóvenes que deciden abandonar los estudios para no sentir las críticas y bromas de los compañeros. Una situación tan desagradable como triste que ha afectado incluso a Haley Olson Atkinson, una joven estudiante americana. Haley, de hecho, frecuenta el segundo año de la secundaria y es la última hija de una familia de siete hijos y como se puede entender bien, su ropa no es de marca, ni a la moda. Por esta razón ha sido tomada de punto en su escuela por un grupo de compañeros. Una situación que podía solo empeorar si su mejor amiga no hubiese encontrado una solución de gran generosidad.
via Fox 10 News
Según la Fundación Stop Bullyng Now más del 60% de los jóvenes de las escuelas superiores se sienten víctimas de bullying. Un problema serio porque causa el abandono escolar de 160.000 jóvenes al año en los Estados Unidos. Desafortunadamente podía ser el caso de Haley si su mejor amiga no hubiera intervenido a tiempo.
Nos encontramos en Atkinson Middle School, una escuela superior pública tradicional que reune jóvenes de varios estratos sociales. Lamentablemente, no obstante los esfuerzos de los profesores, también aquí suceden actos de bullying que pueden marcar la autoestima de quien se encuentra siendo una víctima.
"Volvía a casa llorando" ha contado la pequeña Haley "y le suplicaba a mis padres que me sacaran de aquella escuela. Les rogaba para que así pudiera continuar estudiando en casa en vez de afrontar cada mañana las ofensas de mis compañeros de clase que se volvían cada vez más pesados."
Este era el caso de Haley Olson, una joven que viniendo de una familia numerosa, no podía permitirse un guardarropa a la moda. Por esta razón siempre era tomada en broma por un grupo de compañeros que encontraban divertido humillarla por su modo de vestir sencillo.
Su mejor amiga Mariah Andrew, sin embargo, enseguida se dio cuenta del sufrimiento que estaba sintiendo Haley cada día de clase. Entonces hizo la cosas que a ella le parecía más simple: fue a su casa, empaquetó una serie de remeras que había recibido de regalo y las llevó todas a la casa de su compañera de banco Haley.
"No ha sido una privación" ha dicho Mariah, "porque he sentido que compartir habría hecho estar mejor a Haley y le habría devuelto una sonrisa."
Gracias a este gran acto de generosidad, la pequeña Haley ha podido afrontar con la cabeza alta al grupo de pequeños agresores demostrando tener el caracter de una verdadera luchadora.
Eventos de bullying como estos pueden fácilmente ser resueltos hablando con los profesores, con los padres y con los amigos. A veces, son justamente los pequeños gestos de las personas que nos quieren bien, hacernos entender que no hay nada en nosotros que no esté bien, ¡exactamente como nos enseñan Haley y su mejor amiga!