La propietaria de la casa cancela el contrato del alquiler a una inquilina porque tiene miedo de sus tatuajes
Se sabe que alquilar una casa o comprarla (¡peor aún!) no es algo fácil, tanto para el propietario que pone a disposición su inmueble y sea para los inquilinos que deben afrontar innumerables gastos. Los estudiantes externos muchas veces buscan habitaciones a bajo costo para que, de una manera u otra, les permitan vivir y seguir con sus estudios. Sin embargo, no está dicho que la búsqueda de una habitación y de una casa es algo sencillo. Kadince Balle, una joven de 18 años, con deseos de convertirse en una estudiante de medicina en la Universidad Occidental de Ontario, se le negó un contrato de alquiler debido a sus tatuajes. Escucharon bien: los tatuajes de la joven asustaban a la dueña de la casa.
via CBC
La historia que le sucedió a Kadince Ball, afortunadamente, no sucede todos los días, a pesar de que a los propietarios les resulta cada vez más difícil aceptar y confiar en nuevos inquilinos. La joven, con el deseo de estudiar en una de las mejores universidades de su país, buscó en internet una habitación para alquilar y así poder estar más cerca de su sede. Una vez que encontró su casa ideal, Kadince dejó un depósito de garantía de 50 dólares y hasta firmó un contrato de locación con la dueña Esther Lee. Lástima que, en el momento en el que la joven se presentó en su nueva casa, la dueña le negó el acceso: "No quiero que tú vivas aquí", le dijo simplemente. Los motivos ocultos detrás de esta negativa repentiva, y también ilegal, se encontrarían en los tatuajes de Kadince: "Le cubren el 70% del brazo. Es por esto que no quiero que vivas aquí...¡porque da miedo!".
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Kadince quedó asombrada frente a la reacción de la propietaria: "Se firmó un contrato de locación, pero como tengo un cierto aspecto, se me negó el alquiler. Ninguno de mis tatuajes es ofensivo. Son obras de arte, son las obras de arte de alguien en mi cuerpo", explicó la joven. Además, Esther Lee lo tendría que haber pensado bien antes de firmar un contrato y hacer dejar un depósito como garantía a la futura inquilina. "Es un contrato vinculante y ella tiene derecho a la tenencia. Es un acto moralmente reprobable si no ilegal", explicó Ian Dantzer, abogado en la Clínica de Servicios Legales Comunitarios de la universidad.
Kadince, afortunadamente, encontró otra habitación en alquiler cerca de su universidad y tuvo también mucha suerte, ya que la dueña la dejó entrar en la casa algunos días antes de lo pactado. A partir de un incidente, se creó una nueva oportunidad.
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