La hija acusa a la empleada doméstica de robo, pero el padre descubre la verdad y como castigo la hace dormir en el jardín
Cuando un hijo atraviesa la adolescencia y comienza a sufrir una serie de cambios, como por ejemplo las nuevas amistades, hay que estar alertas y percibir todo tipo de señales que podría llevarlo por el mal camino. No es fácil, a veces, tener una confrontación constructiva con un adolescente, pero como padres es necesario hacer un esfuerzo.
El padre protagonista de esta historia sabe algo de esto: cuando la hija de dieciséis años comenzó a portarse mal, criticando duramente a todos las personas que la rodeaban sobre la base de juicios externos, en particular culpando a la empleada doméstica, tuvo que reaccionar. En estos casos, después de haber discutido abiertamente en varias ocasiones, optar por un castigo es quizás la decisión más sabia.
Hay ocasiones en donde un castigo logra ser más efectivo que mil palabras, pero seguramente no es necesario exagerar. El padre protagonista de esta historia se pregunta si no fue demasiado severo con su hija, pero sabe perfectamente cuánto necesitaba ella una lección. Los padres de la joven habían notado un cambio radical en el comportamiento de la joven de dieciséis años: "Generalmente es educada, pero ahora es como si hubiera perdido algún filtro. Sospechamos que este comportamiento repentino es una consecuencia del hecho que comenzó a salir con nuevas chicas en la escuela". Una mala educación que de repente se manifestó contra la empleada doméstica. El padre, sin embargo, le advirtió a su hija más de una vez: si seguía por este camino, la castigaría. Y así fue. Ante otro insulto hacia la empleada doméstica, el padre le impediría ir a una fiesta con sus amigos. En ese momento, la joven puso en marcha su venganza sin considerar la gravedad de sus acciones y las consecuencias.
Unos días después, la joven estaba lloriqueando porque no encontraba su iPhone. El padre contó entonces lo sucedido: "Me pidió que llame a su número y lo hice. Mi esposa y yo nos quedamos asombrados al enterarnos que el iPhone estaba sonando en la cartera de nuestra empleada doméstica. Ella lloraba y decía que nunca había tocado el teléfono de la joven, ni tenía idea de cómo había llegado a su cartera. Noté que mi hija la llamaba repetitivamente 'ladrona', entonces le dije que se detuviera y que vaya a su habitación. Revisé la cámara interna antes de seguir la discusión y vi a mi hija poner su iPhone en la cartera de nuestra empleada doméstica. Estaba enfurecido".
El hombre se disculpó con la empleada doméstica, concediéndole el resto del día libre, y luego pasó por el castigo de su hija: "Le dije que estaba castigada y que debería pasar la noche en el jardín (le tiene fobia a los gérmenes), ella lloró suplicándome que no la dejara dormir con la suciedad, los insectos y el calor, pero no quise escucharla". Todos los castigos "clásicos" nunca habían funcionado, pero este sería particularmente cruel con la hija ya que la joven es germofóbica. Mas allá de este aspecto, el padre enfatizó que no existía peligro en dormir en una carpa en el jardín de la casa.
