Ve las manos del hijo sucias de grasa y se pregunta: "¿hacerlo trabajar hace que sea una mala madre?
Los padres harían de todo por los propios hijos y cuando se decide formar una familia, se pone en cuenta el hecho en tener que hacer sacrificios por su bienestar. Hasta que no se vuelvan completamente autónomos, los hijos constituyen una gran responsabilidad, incluso a nivel económico. Cassandra Lane tiene unos 5 hijos y ya sea ella que su marido, sabe muy bien el precio de todos los sacrificios hechos con tal de no hacerles faltar nada a su familia. En un mundo fuertemente dividido entre quien posee mucha riqueza y quien parece no tener prácticamente nada en comparación, es fácil dejarse llevar por el desconsuelo: Cassandra siempre ha visto a los compañeros de sus hijos vivir vidas soñadas y a largo andar, este pensamiento puede ser agotador. Por cuanto segura estuviera de su rol en discusiones después de un pequeño episodio. Por suerte, su hijo le ha dado la mejor respuesta que un padre jamás podría recibir.
via Newsner
Un día, Cassandra acompañó a uno de sus hijos, Zeke, para hacer la foto del álbum escolar. Era el final del verano y Zeke, como otros niños, ayudaba a la familia trabajando en una oficina durante el período de vacaciones. Cassandra no pudo evitar notar las manos del joven sucias de grasa: claramente eran las manos de una persona que había trabajado por días en una oficina. Notó también que el joven se sentía un poco incómodo por esto, pero le aseguró de inmediato diciéndole que la escuela habría hecho fotos solo del rostro. Lamentablemente, se equivocaba, porque los retratos de los jóvenes eran tomados de medio torso.
Repentinamente se sintió en culpa: ¿quizás no había hecho lo suficiente por su hijo?Todos los otros jóvenes presentes en la escuela aquel día estaban bien vestidos y parecían vivir una vida muy diferente de la cual su hijo estaba acostumbrado.
Su hijo no tenía un auto nuevo, no tenía ropa de última moda y no llevaba la vida despreocupada de sus compañeros, de esto Cassandra estaba segura. Repentinamente la mujer se sintió fracasar como madre, pero por suerte ha sido solo un momento de debilidad. Cassandra llevó sus dudas a su hijo, Zeke, diciéndole estar profundamente apenada por lo poco que ha podido ofrecerles. Pero el hijo, la ha tranquilizado en el momento y con una sonrisa le respondió así: "¿Y de que cosa estás apenada? ¿De haberme enseñado que para tener lo que deseo debo trabajar? ¿Por haberme enseñado que en la vida nada me es regalado?".
Una conversación que de inmediato alentó a Cassandra y que le recordó estar orgullosa de si misma como madre, además de su hijo naturalmente. Cassandra le había enseñado a su hijo el verdadero valor del dinero, del sacrificio y del trabajo; pero sobre todo, le había siempre dado todo su amor.
No es la ropa costosa o los celulares en hacer mejor a los padres y la felicidad de un hijo no puede ciertamente ser comprada con premios o regalos.