Se casa con su máquina para cocinar el arroz y se divorcia en solo 4 días: "Ninguna pareja es perfecta"
No todos los matrimonios están destinados a tener un final feliz, está el que dura años y años con la misma pasión y poder de sentimiento, y está en cambio aquel que tiene una duración muy corta, de apenas unos días. ¿Será una cuestión de compatibilidad o de puntos de vista diferentes? Imposible dar una respuesta completa a esta pregunta, pero es un hecho que la historia que queremos contarles hoy es realmente increíble y ¡les hará pensar de nuevo en el sacramento del matrimonio de una vez por todas!
via Daily Star
Él se llama Khoirul Anam, vive en Indonesia y dio la vuelta al mundo en el momento en el que publicó fotografías en su perfil de Facebook en donde le muestra al mundo su felicidad: decidió casarse con su olla arrocera eléctrica, de la que se había enamorado perdidamente. Y ciertamente no fue una ceremonia "falsa", el hombre inclusó firmó los documentos que legalizaron la unión entre él y el electrodoméstico, como verán en las imágenes publicadas por Khoirul.
La razón por la cual este joven de Indonesia decidió casarse con su olla arrocera no la conocemos, pero en una de sus publicaciones en Facebook, en el pie de la foto que describía a su "novia", él dice: "es blanca, es amorosa y obediente. Sin ella mi arroz no se hubiera cocinado a la perfección."
Una declaración de amor realmente...¡única en su género, sin dudas!
Pero no todos los amores están destinados a durar para siempre. Piensen que el matrimonio entre este joven de Indonesia y su electrodoméstico del corazón duró solamente cuatro días, después de los cuales el hombre pensó bien en divorciarse definitivamente de su olla arrocera; ¿la razón? Como dijo Khoirul en una publicación posterior en Facebook, "Mi decisión es definitiva, realmente pesada. Pero esto es lo que pienso ahora; al final, ¡ninguna pareja es perfecta!"
Exacto querido Khoirul, ninguna pareja es perfecta, las relaciones sentimentales y los vínculos con las demás personas ya son muy complicados, no podemos imaginar la complejidad de tener que interactuar todos los días con una máquina eléctrica que hierve y cuece arroz. Esperemos que para este joven de Indonesia las cosas hayan salido bien a final de cuentas.
