Tales padres, tales hijos: 15 veces en la que la manzana no ha caído demasiado lejos del árbol de la genética
¿Lo conocen al dicho "La manzana no cae nunca demasiado lejos de su árbol"? Por lo general, el ser humano la usa para describir adecuadamente dos situaciones; en el primer caso, se quiere describir generalmente a una persona que vive y actúa exactamente en línea con sus predecesores, ya sea para bien o para mal, y en el segundo caso en cambio se tiende a querer imaginar a una persona que tiene todas las características de sus familiares, tanto del punto de vista del carácter como del fisionómico. Gracias a la lista que queremos proponerles hoy, estamos listos para mantener la fe en el dicho que hemos explicado anteriormente para demostrar cuánto poder de la genética de padre a hijo, o de abuelo a nieto, puede realmente ser el testimonio concreto de lo poco que escapamos al parecido...¡entre generaciones!
A la derecha, mi abuela en 1941, a la izquierda yo en 1999
Los genes no mienten, ¡somos prácticamente dos gotas de agua a pesar de una generación en el medio!
¿Adivinen quién soy yo y quién es mi madre?
La de la izquierda es mi madre inmortalizada en una hermosa fotografía en 1954, a la izquierda yo en 1992: ¡mismo cabello, misma sonrisa, mismo color de ojos!
Aquí se juega fácil...
Un collage de fotografías que comparan una similitud demasiado obvia: los dos son mellizos...¡y se nota!
Aquí el parecido es realmente increíble...
A la izquierda, mi padre a los 24 años de edad en 1951, a la derecha yo a la misma edad: ¡si hubiera nacido el mismo año nos habrían confundido con gemelos idénticos!
¿Padre e hijo?
Definitivamente no, a la derecha mi abuelo en 1948, a la izquierda mi hermano en el 2016: ¡intercambiados al nacer!
¡Por eso me dicen siempre que mi madre y yo somos prácticamente idénticas!
¡Solo hay que comparar estas dos fotografías y entenderán el por qué!
Mi madre y mi hermana
¡Las dos tenían seis años en el momento en el que tomaron estas dos fotografías!
No tenía idea del parecido que tenía con mi padre...
Hasta cuando no puse cerca estas dos fotografías: a la izquierda mi padre con 35 años en 1953, a la derecha yo en 1988
Un parecido por momentos inquietante...
A la izquierda mi madre en 1980, a la derecha yo, su hija, en el 2014: ¡misma pose, mismo cabello y mismo rostro!
El autor de esta comparación fotográfica contó:
"El de la izquierda es mi esposo con 6 meses, a la derecha en cambio está nuestro hijo con 4 meses: ¡mi esposo definitivamente ha ganado la batalla de los genes contra mí!"
Dos gotas de agua increíbles
El que está en el marco es mi hermano de pequeño, el bebé que ven sonreír en el sofá es mi hijo: ¡prácticamente es el tío completo!
Tal madre, tal hija
Una comparación fotográfica entre mi hija y yo: de pequeñas, ¡éramos prácticamente la misma persona!
Mi hijo y yo
¿Logran distinguir quién es quién? ¡Prácticamente es imposible distinguirnos!
¿Saben quienes son?
A la izquierda mi hijo que acaba de cumplir 16 años, a la derecha mi esposo a sus 17 años: ¡intenten ustedes diferenciarlos!
Mi esposo y nuestra hija
¿Cómo decía el dicho? La manzana nunca cae demasiado lejos del árbol. ¡Y es verdad!