Perro recorre 2 km todos los días para ir al cementerio: visita la tumba de su dueño
Todos tarde o temprano en la vida han vivido la pérdida de una persona querida: forma parte del ciclo de la vida después de todo, nacemos, crecemos, nos convertimos en ancianos, nos enfermamos y luego pasamos a una mejor vida, dejando, sin embargo, un vacío irrecuperable y un recuerdo indeleble en las personas que siguieron a nuestro lado el camino de la vida, de la mano. Sin embargo, a menudo no pensamos que el luto entendido como la ausencia de una persona que falleció, no es un sentimiento que viven solamente los seres humanos, sino también los animales, como por ejemplo los perros...
via Il Corriere
La conmovedora historia que queremos contarles hoy tiene como protagonista a un angelito de cuatro patas llamado Fulmine, que durante siete años ha sido el mejor amigo de cuatro patas de Leonardo Sechi, un hombre anciano que vivía en un pequeño pueblo de la Cerdeña italiana; lamentablemente, Leonardo falleció después de una enfermedad, y así dejó un vacío irrecuperable en el corazón de su familia humana, pero no solo.
Sara Sechi, la hija de Leonardo, sabía perfectamente cuánto su padre estaba ligado a su perrito Fulmine, después de todo eran mejores amigos desde hacía siete años, desde el momento en el que la familia se lo había regalado: ¡prácticamente inseparables!
En el momento del fallecimiento de Leonardo, también en Fulmine hubo algo que cambió para siempre: había entendido muy bien que nunca volvería a ver a su adorable dueño, y así por instinto, decidió ir a visitarlo todos los días al cementerio local que estaba a casi dos kilómetros de su casa; cada vez que Fulmine llegaba allí, se acostaba exactamente frente a la tumba de su amado dueño que había fallecido.
Quién inmortalizó al pequeño Fulmine observando la tumba de Leonardo Sechi ha sido la hija Sara, que publicó las conmovedoras imágenes en su perfil de Facebook, con el siguiente título: "Esta mañana hemos encontrado una sorpresa: ¡Fulmine encontró a su amigo!"
Sará esta segura de que Fulmine lo va a visitar al cementerio casi todos los días: "Inicialmente no podía creerlo, no era posible en absoluto: la casita de Fulmine se encontraba a dos kilómetros de distancia del cementerio, en el medio del campo, ¿cómo podría encontrar la tumba de mi padre? Es verdad, la cerca tiene un agujero y Fulmine lograba escapar muchas veces, pero siempre permanecía cerca, como máximo iba a jugar con el perro de los vecinos. Tiempo después me dijeron que lo vieron nuevamente en el cementerio. Pienso que lo va a saludar a mi padre todos los días."
El perro es el mejor amigo del hombre, se dice; y después de haber leído esta historia, no podríamos estar más que de acuerdo.