Maestra le arregla el cabello a una alumna durante el descanso: se le había despeinado por la lluvia
Ser un maestro de escuela no es un trabajo como todos los demás; no se necesita solamente pasión por el propio trabajo, sino también mucha capacidad de comunicación, empatía y amabilidad hacia los alumnos que tienen más dificultades. A veces, para estos alumnos, incluso el gesto más aparentemente simple puede transformarse en un acto de gran solidaridad. Algo que sabe muy bien Vanessa Sefa, una maestra de la secundaria de Londres que hizo un gesto muy simple pero importante para una de sus alumnas...
Cuando una mañana la alumna Purity Agyeman llegó a la escuela con todo el cabello enredado y mojado debido a la lluvia torrencial, no pudo evitar pedir ayuda a su maestra Vanessa para ayudarla a a arreglar todo ese cabello despeinado por el agua; la maestra ciertamente no pudo decirle que no: "Tenía lágrimas en los ojos, y me dijo que no daría vueltas por la escuela de esta manera todo el día y que prefería volver a su casa. Su cabello comenzó a agruparse y como consecuencia a enredarse debido a la fricción de la capucha y del agua de la lluvia."
Vanessa Sefa sabía perfectamente que para esa alumna de color de doce años no era una banalidad presentarse a los demás con el cabello dominado y peinado; la mujer sabía bien que para una joven de esa edad y origen étinco, es extremadamente importante la autoestima: "Para cualquier persona, independientemente de la raza u origen, el cabello es muchas veces una parte importante de la identidad de cada uno. El cabello negro en particular a menudo están cargados por sentimientos políticos o revolucionarios, incluso cuando el individuo no es consciente del contexto o simplemente existe. El cabello negro a veces se ve como "despeinado", "radicales" y hasta "sucios". Debido a estos prejuicios sociales, las personas de color a menudo son mucho más conscientes de lo que su cabello dice sobre ellos."
Vanessa no tenía en ese momento específicio muchos instrumentos para arreglar el cabello de la joven de 12 años, aparte de un pequeño peine y sus manos; les tomó 15 minutos desenredar el cabello y los rizos más duros, pero al final, solamente con la ayuda de sus uñas y el peine, Vanessa logró peinar el cabello de Purity y darle nuevamente el peinado que tenía antes de la lluvia.
Un gesto aparentemente muy simple, pero en realidad lleno de significado; tanto para la pequeña Purity como para Vanessa Sefa que son mujeres de color en la ciudad de Londres, una metrópolis que cuenta solamente con el 3% de maestros "negros" en total; un número que no es de poca importancia que enfatiza aún más lo mucho que las dos protagonistas de esta hermosa historia se sienten en un cierto sentido formando todavía parte de una "minoría", a pesar de los tiempos que cambian rápidamente...
