¿Su hijo o nieto no quiere bañarse? Quizás es hora de un cambio de enfoque
Los niños pequeños a menudo se muestran reacios a bañarse, pero, ¿alguna vez se han preguntado por qué? Los motivos pueden ser diferentes y lo importante es comprenderlos e intentar actuar de la mejor manera. Sabemos que la higiene es importante, pero debemos evaluar caso por caso cuándo es definitivamente el momento de insistir porque, quizás, los niños han jugado en el barro, y cuándo implementar estrategias o hasta incluso posponer la hora del baño para el día siguiente. Sin embargo, lo cierto es que obligarlos a bañarse en un momento "no" será contraproducente. Si cada noche sus hijos o nietos lloran porque se niegan a mojarse, intenten cambiando de estrategia. Les decimos cómo.
En primer lugar, se necesita evaluar caso por caso: si el niño está muy concentrado en una actividad, como por ejemplo leer, dibujar o mirando un dibujo animado, es muy probable que responda con un buen "no" a la idea de interrumpir y bañarse. En estos casos es mejor darles un poco de tiempo para que terminen lo que están haciendo y prepararlos para la idea del baño nocturno: "Qué hermoso ese dibujo...¿después nos bañamos y me cuentas por qué has elegido esos colores?". Este enfoque suave podría ser eficaz en la mayoría de los casos. Si el motivo por el cual el niño se niega a bañarse está, en cambio, ligado al cansancio, el padre deberá buscar concentrarse en la empatía: "Dado que estás tan cansado, vamos a darnos una ducha caliente relajante. ¡Verás que después te sentirás mejor!".
También hay que decir que los niños prefieren hacer actividades que estén más relacionadas al juego, motivo por el cual a veces puede ser útil transformar una actividad de rutina como la ducha o el baño, en un pequeño momento de juego. Una madre, por ejemplo, ha contado que su hija de 6 años se niega casi siempre a bañarse durante la semana porque está muy cansada y prefiere tomar una ducha más corta; para acortar los tiempos y hacer el tiempo de la ducha más corto para la niña, la madre inventó un pequeño juego: "Hemos elegido intentar establecer un récord para la ducha más veloz del mundo, contando desde el comienzo hasta el final, hasta que cierro el grifo", contó concluyendo con "no le digo más que tomaremos una ducha, sino que veremos cuál será el récord de hoy...¡y funciona genial!".
También preparar juegos para utilizar en el momento del baño puede ser una estrategia; decirle al niño de quitarse la ropa solo, por ejemplo, es una manera para motivarlo a que se sienta autónomo, entonces lo hará seguramente con mayor interés.
A veces, los niños pequeños pueden estar asustados con la idea de bañarse: en este caso sería recomendable poner una palangana más pequeña en la bañera. Dicho esto, los niños no necesitan bañarse todos los días, entonces, si vemos que no necesitan hacerlo realmente con urgencia y están muy cansados, podemos complacerlos y dejarlos descansar. Seguramente, sería bueno expresar un poco de comprensión con frases como: "Está bien cariño, descansa, lo necesitas y mañana nos daremos una ducha de agua caliente".
Esperemos que con un enfoque de este tipo, sus hijos o nietos estén más entusiasmados con la idea de bañarse o darse una ducha de agua caliente.
