Un joven desconocido le toca la puerta mientras está sola en su casa: en realidad solamente quiere devolverle la billetera
Siempre hay mucha desconfianza hacia los jóvenes de hoy y por lo general, hacia los adolescentes, los cuales son conocidos por poner en dificultad la vida de sus padres todos los días. Sin embargo, no se puede generalizar tanto: muchos adolescentes han crecido y lo siguen haciendo con una muy buena educación y todo lo que desean es simplemente el bien de los demás. Melissa Vang tenía indudablemente algunos prejuicios sobre los jóvenes y sobre la manera de comportarse, tanto es así que cuando un día escuchó golpear la puerta de su casa enérgicamente, inmediatamente pensó en lo peor. En realidad, la mujer tuvo que cambiar de opinión.
Melissa estaba en su casa sola con sus dos hijos cuando, inesperadamente, escuchó a alguien que golpeaba y llamaba a la puerta de su casa. Sospechando porque no esperaba visitas, Melissa fue a verificar por el videoportero quién era. Afuera de la puerta había un joven que nunca había visto, al que seguro no le abriría la puerta. Luego de unos instantes, sin embargo, Melissa se dio cuenta que el adolescente tenía algo en sus manos, que agitaba frente a la cámara...¡era una billetera! Precisamente, era la billetera del esposo de Melissa, con todo su dinero, los documentos y las tarjetas de crédito aún en su interior. Melissa suspiró aliviada, no solamente por su seguridad, sino también por la cuestión de la billetera de su esposo, el cual dejó caer accidentalmente en el porche. El joven que le había tocado el timbre fue identificado como Tyler Opdyke, un joven que pasaba por allí a repartir volantes y que se había dado cuenta de la billetera en el suelo.
En lugar de tomarla y quedarse con el dinero, el joven la devolvió a su legítimo dueño, sabiendo que quizás era lo correcto. "Soy un joven que nació en una familia que va a la iglesia, esa billetera no era mia", declaró el joven, explicando cómo su gesto era completamente normal y natural. La mujer estaba muy agradecida a pesar de que en ese momento no supo expresar su gratitud; después de descubrir su identidad, sin embargo, la mujer le agradeció debidamente.
No juzguemos a un libro por su portada y démosle más confianza a los demás: ¡nos sorprenderá con un gesto amable e inesperado!