Se maquilla en el rostro la misma marca de nacimiento con la que nació su hijo para que no se sienta excluido e intimidado
Ser una madre no significa solamente dar a luz a un hijo y asegurarse de que no le falte nunca nada; un padre debe tener también la capacidad de enseñar, educar al niño y hacerle comprender, a pesar la vida siga y hayan miles de dificultades, que siempre se deben sentir aceptados, seguros de ellos mismos y con una autoestima férrea. Si de hecho un niño pequeño es atacado por sus compañeros o es ridiculizado, el trauma psicológico puede ser realmente devastador para los próximos años...
via The Epoch Times
Algo que en un cierto sentido sabe muy bien Carolina Giraldelli, una influencer de las redes sociales que es muy popular en Instagram; la mujer recibió muchos aplausos virtuales y mucho apoyo por sus seguidores online cuando contó a través de sus fotografías y sus historias la extraña condición de Enzo Giraldelli, el hijo que nació con una marca de nacimiento en su rostro que le cubre también parte de la nariz y sobre todo de la frente. Un rasgo genético que le llevó al pequeño ser objetivo de miradas indiscretas llenas de piedad, desprecio y miedo: "No es fácil para mi esposo y para mi, nosotros intentamos comportarnos como si no fuera nada y siempre mostramos a nuestro hijo tal cual es, sin miedo por su característica física."
Precisamente porque Carolina y su esposo quieren hacer sentir al pequeño Enzo un niño siempre aceptado por los demás exactamente por lo que es y que no tiene absolutamente nada de diferente, un día decidieron realizar un gesto realmente sorprendente y simbólico. Mamá Carolina acudió a un maquillador profesional y se hizo realizar la marca de nacimiento que le cubría parte de la frente y de la nariz, precisamente con la que nació su hijo Enzo.
La mujer contó que cuando acudía al trabajo todos la miraban de manera muy extraña dado que tenía en el rostro esa marca de nacimiento tan particular, pero tan parecida a la del pequeño Enzo; pero a Carolina no le importaba en absoluto que las demás personas la miraran con recelo, curiosas y al mismo tiempo asustadas; sabía perfectamente que no había absolutamente nada malo en haber nacido con un lunar tan congénito, y ese maquillaje en el rostro era uno de los gestos más valientes y bondadosos que mamá Carolina habría podido hacer para que su hijo Enzo se sienta aceptado por el resto del mundo.
No hay nada que una madre no pueda hacer por su hijo, ¡y ciertamente la historia de Carolina Giraldelli y de su pequeño y tierno Enzo hace que lo recordemos aún una vez más!