Repartidor ve a una anciana con Alzheimer en la calle: detiene la camioneta y la lleva a su casa sana y salva
Incluso los gestos más pequeños pueden marcar la diferencia y cambiar para mejor el día de quienes son menos afortunados o quienes se encuentran en dificultad. Algo que sabe a la perfección Wilmar, un amable y profesional repartidor de las entregas que todos los días se sube a su camioneta para dejar paquetes encargados por los ciudadanos de Franklin Park, en la Nueva Jersey estadounidense. Una mañana, mientras estaba haciendo sus entregas habituales, conoció a una persona que lo hizo protagonista de un extraordinario acto de amabilidad...
via Ring
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En una de las habituales mañanas de trabajo, Wilmar estaba pasando con su camioneta por el suburbio de Franklin Park, cuando vio a una mujer de 92 años que estaba caminando sola por la calle; algo lo hizo sospechar, y entonces Wilmar dijo: "Estaba haciendo mis entregas y vi a esta señora anciana que pasaba frente a mi, en la calle. Me saludó con la mano, lo que no es algo extraño, las personas te saludan continuamente cuando eres repartidor. Pero me estaba saludando como si hubiera pasado algo..."
Por este motivo, Wilmar bajó de su camioneta de las entregas, verificó que la mujer estuviera bien y luego se dio cuenta que la señora anciana tenía una pulsera de alerta médica; Wilmar debía absolutamente hacer algo, entonces llamó al número de alerta grabado en la pulsera y se aseguró de hacer una "entrega" muy especial a la casa de la mujer, que luego se descubrió que se llamaba Gigi, tenía 92 años y lamentablemente tenía Alzheimer.
Cuando Karen, la nieta de Gigi, escuchó del otro lado de la cámara del portero la voz masculina de Wiilmar, el repartidor que hacía las entregas en la zona, no podía creerlo; abrió la puerta y vio junto a él a su abuela Gigi, a la vista confundida pero feliz de haber encontrado el camino a casa gracias a ese hombre tan amable que momentáneamente había detenido su trabajo de repartidor para hacer una entrega mucho más especial: poner a salvo y proteger a la abuela Gigi.
Karen contó con gratitud lo sucedido: "Siento que Wilmar hizo mucho más de lo que podía hacer. Tenemos ese tipo de comunidad muy unida aquí, tan unida que si hay algo que un mensajero se da cuenta que está fuera de lo normal, dirá: 'Me aseguraré que mis clientes me cuiden, porque esto no está bien."
¡Eres fantástico, Wilmar!