Médicos le salvan la vida a un papá muy humilde y le encuentran una casa para vivir con su hijo
Lo había perdido todo excepto a su hijo de 17 años que se había quedado junto a él: despedido, desalojado y enfermo, Mack Simmons no pudo caminar más y vivía en la calle. Luego, gracias a la intervención de los médicos de un hospital de Pittsburgh, en Pennsylvania, este hombro pudo volver a ponerse de pie físicamente, gracias a una perfecta operación, pero también moralmente porque se le ayudó a encontrar una casa donde vivir. Una historia con final feliz para una familia de buenas personas fuertemente probadas por la vida.
Cuando tenía 17 años, Mack Simmons había tenido que tomar una decisión difícil: donar uno de sus riñones a su hermana Tanita que estaba gravemente enferma. Lamentablemente la intervención resultó inútil y Tanita falleció algunos años después. En ese momento, sin embargo, Mack desarrolló una insuficiencia renal en su único riñón y sobrecargado. A pesar de estas adversidades, Mack siempre fue un gran trabajador y se esforzó por mantener los ritmos de los demás trabajadores hasta cuando el dolor fue demasiado fuerte.
"Había días en los que iba al trabajo y tenía que interrumpir cualquier cosa que estuviera haciendo porque el dolor era insoportable", contó.
Luego, Mack perdió su capacidad de caminar y tuvo que dejar su trabajo, dejando en bancarrota a su familia. Con lo único que podía contar Mack era con el apoyo de su hijo. "Mi hijo, John, dijo: "Papá, si tú serás un vagabundo, yo seré un vagabundo junto a ti", continuó Mack.
En lugar de vivir en la calle, padre e hijo recaudaron dinero para mudarse de Washington, D.C, a Pittsburgh, Penssylvania. De alguna forma, habían decidido vivir en su auto hasta cuando Mack tuvo una emergencia médica que lo obligó a tener que ir al hospital de urgencias UPMC McKeesport. Allí, los médicos descubrieron un bloqueo aórtico que requirió una cirugía para extirparlo. Para gran asombro de Mack, ¡los médicos le aseguraron que podría caminar luego de la operación!