Descubre que tiene una hermana que vive a dos cuadras de ella después de que le revelan que fue adoptada
No es fácil mantener un secreto durante mucho tiempo, especialmente si este secreto puede cambiar completamente la concepción de la vida y de la familia. Algo que sabía muy bien Sherry Mikos, una mujer estadounidense que en 1965 quedó embarazada pero que se guardó el embarazo para ella, sin decirle nada a nadie; de ella y de su delicada situación solamente su padrastro estaba al tanto, que de hecho le había aconsejado a su hijastra que diera a luz y diera en adopción a la pequeña que estaba por nacer...
via Fox 5 Las Vegas
Y aquí entra en juego Laney Gifford-Topacio, la hija biológica de Sherry, que antes de cumplir tres días de vida había sido adoptada por una familia de Texas; la mujer estaba firmemente convencida hasta los 18 años que esta era su familia biológica y que esas dos personas eran verdaderamente su madre y su padre, pero se equivocaba fuerte. Cuando le contaron la verdad, Laney estaba enfurecida por esto, luego decidió que quería investigar sobre su familia biológica, sobre sus verdaderos orígenes y si estaban vivos otros miembros con el que tenía un vínculo biológico, por esto decidió hacerse un examen de ADN.
Después de dos años de pruebas que no produjeron coincidencias biológicas con otras personas alrededor del mundo, Laney descubrió en el 2018 que tenía una hermanastra más joven llamada Aly Mikos, había mantenido el apellido de su madre biológica; criada en el estado de Florida, había vivido con su madre hasta su fallecimiento en el 2005, sabía que tenía una hermana mayor por alguna parte en los Estados Unidos pero no sabía dónde. Luego todo cambió para siempre cuando Laney le envió un e-mail a Aly explicándole quién era y su situación, entonces al final después de alguna conversación en línea, finalmente decidieron verse...
Y es aquí que el destino supo jugar bien sus cartas con estas dos hermanas redescubiertas; al final, cuando decidieron verse, descubrieron que ambas vivían en Las Vegas, a doscientos metros de distancia: "Ambas vivían en la parte Noroeste del Valle, ¡literalmente a dos cuadras de distancia!", contó sorprendida Lacey, "Ahora finalmente tengo una hermanita, hace mucho tiempo quise decirlo en voz alta, ¡pero nunca pude hacerlo mientras crecía!"
Las dos hermanas que se encontraron ahora están compartiendo todo, conocieron a las familias de ambas y hasta incluso festejaron el cumpleaños número 40 de Aly juntas; nunca se concentraron demasiado en el turbulento pasado familiar, ¡pero están dispuestas a construir una relación de afecto y confianza que pueda sentar las bases para un futuro brillante y lleno de felicidad!
¡Felicitaciones!