Un futbolista le regala una casa nueva a la niñera de sus hijos antes de que viva en una casa de madera destartalada

Los verdaderos campeones se reconocen no solo en el campo de juego, por los goles que hacen, sino sobre todo por cómo se comportan fuera de la cancha. El jugador argentino Hernán Barcos, por ejemplo, demostró ser un campeón con un corazón de oro en más de una ocasión, en particular cuando le regaló una casa nueva a la niñera de sus hijos. La idea nació de Barcos y de su esposa Giuli Cunha, los cuales querían ayudar a María, su trabajadora doméstica. María vivía con sus hijos en una casa de madera muy humilde y a decir verdad, un poco destartalada, es por esto que el jugador argentino quiso regalarle una nueva. Un gesto de gran amor que le permitió a María y a sus hijos mejorar sus condiciones de vida.

via RPP Noticias

María es la trabajadora doméstica del jugador Hernán Barcos y de su esposa Giuli Cunha, los cuales aseguran que se encariñaron mucho de estas maravillosa mujer que todos los días cuida no solamente a sus hijos sino también a los de ellos. María tiene cuatro hijos y vivía en una casa de madera muy humilde, bastante deteriorada, ¡un lugar no ideal para una familia! Sin embargo, inicialmente, Barcos y Cunha no tenían idea de cómo vivía la niñera de sus hijos, pero cuando lo descubrieron, decidieron agradecerle a su manera.

María, de hecho, se convirtió en poco tiempo en un miembro muy importante de la familia del futbolista, el cual no podría realizar tranquilamente su trabajo sin su ayuda. Por esto, tanto él como su esposa decidieron regalarle a Mari, como la llaman ellos cariñosamente, una casa más confortable.

Además de una relación laboral, entre María y los cónyuges se desarrolló una relación profunda de amistad. Una relación que surge de las fotos compartidas por la niñera y por los comentarios cariñosos que a menudo y con gusto Giuli le deja debajo de cada foto.

El barrio en donde vive ahora María es el mismo que antes, pero la casa en la que vive es mucho más bonita y moderna que la anterior. Las paredes están refinadas, hay pisos, el mobiliario es nuevo y las habitaciones son luminosas: en definitiva, ¡un cambio hacia el bienestar no indiferente!

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Barcos y su esposa podían, evidentemente, hacerle a su niñera un regalo tan grande y maravilloso, y para ser amables con los demás, se necesita aún menos. Un simple acto de amabilidad podría cambiar para mejor el día de alguien. Aunque parezca una pequeña gota en el océano, es un ejemplo a seguir y para aplicar todos los días: ¡solamente así podremos tener un mundo mejor!