Anciana desesperada va a reparar el celular "porque sus hijos y nietos no la llaman más a ese número"
¿Sabían que nuestros ancianos sufren la soledad mucho más de lo que podríamos imaginar? Cuando todos nosotros crecemos, nos convertimos en hijos, nietos, luego padres, formamos nuevas familias, hasta "olvidarnos" con el tiempo del amor y y cuidado incondicional que nuestros padres a su vez nos han dado en tantos años. Ahora que los años han pasado, los padres se han convertido en abuelos ancianos, que viven en la mayoría de los casos lejos de sus hijos y nietos, sufriendo una silenciosa soledad y desesperación interior...
via Reporte Indigo
Esta es la conmovedora historia de una mujer anciana llamada Aurora Hernandez, una mujer que ha sido "inmortalizada" por las cámaras de seguridad de un negocio de telefonía al que acudió prácticamente desesperada. Cuando la anciana llegó allí acudió a los técnicos por un problema en su celular. Aurora estaba llorando porque estaba convencida que algo no funcionaba en su dispositivo electrónico, dado que afirmaba con decisión que hacía casi un año que no recibía llamadas y mensajes por parte de sus hijos y nietos. ¿Quizás el celular simplemente se había roto o no funcionaba bien?
Cuando Aurora Hernandez pidió explicaciones a los empleados del negocio de telefonía, tenía lágrimas en los ojos porque la reparación costaría unos 1500 pesos españoles, y en ese momento no se lo podía permitir. Luego, mientras la mujer estaba por alejarse desconsolada, un segundo empleado del negocio se acercó a ella y le dijo que repararía su teléfono celular sin pedirle dinero a cambio.
Cuando el técnico de los teléfonos vio que efectivamente el celular de la señora anciana funcionaba perfectamente, comprendió dónde estaba el problema: la realidad durísima a la que se enfrentaba la mujer se debía a que ninguno de sus hijos o de sus nietos nunca la llamaban y entonces Aurora Hernandez sufría mucho la soledad por esto. Entonces, el empleado del negocio de telefonía se tomó la libertad de llamar al número de algunos parientes de Aurora y los instó a visitar más seguido a la señora anciana.
Y así fue, dado que días después la mujer regresó al negocio de telefonía para retirar su celular "roto" del brazo de su nieta nacida hace poco; Aurora estaba realmente radiante y feliz por esa visita inesperada, tanto fue así que el técnico del negocio le devolvió el celular a Aurora sin pedirle dinero por el trabajo realizado: ¡por haber puesto en práctica un gesto de amabilidad tan grande hacia una mujer que sufría la soledad de esa manera, no hay precio que pagar!