Despedida después de 34 años de prestar servicio porque "es demasiado baja para conducir los nuevos autobuses"
Después de pasar toda su vida haciendo bien su trabajo, Tracy Scholes ha sido despedida por la compañía de transportes a la que prestó servicios durante 34 años, debido a un motivo algo increíble. Como bien sabemos, el aspecto físico no debería afectar a las habilidades laborales de una persona (a menos que se requiera una presencia física particular para un determinado trabajo ad hoc, por supuesto), pero lo que le sucedió a Tracy, una mujer inglesa de 57 años, desmiente esta suposición. La mujer fue despedida porque los nuevos modelos de autobuses que debería conducir no se adaptan a su altura.
En otras palabras, Tracy ha sido despedida luego de 34 años de honorable carrera, porque "es demasiado baja para conducir los nuevos autobuses en circulación".
via BBC
Tracey Scholes ha sido la primera y única mujer en 1987 en ingresar como conductora de autobús de Queen's Road, en Manchester. ¿Es posible que a pesar de este historial y todos los años transcurridos conduciendo los medios de transporte haya sido despedida por su empresa, la "Go North West", sin escrúpulos? Tracy es alta 1,52 cm y, aparentemente, resulta ser "demasiado baja" para conducir los nuevos modelos de los medios de transporte. Debido a los nuevos diseños de los autobuses, la mujer ya no puede mirar los espejos retrovisores ágilmente y esto es, naturalmente, un grave problema para la seguridad de los pasajeros. Lo que hasta hace poco tiempo era un gesto natural y perfectamente controlado en su trabajo, ahora se ha convertido en un obstáculo insalvable.
A estas alturas, los nuevos modelos han suplantado en gran medida a los viejos y Tracy no quería reducir sus horas al continuar sirviendo a la Go North West. Este compromiso, sin embargo, no le habría permitido alcanzar el número de horas necesarias para obtener un salario digno.
La triste noticia del despido llegó durante las fiestas navideñas del 2021, tanto que Tracy tuvo que incluso renunciar a la compra de los regalos para sus hijos. Además, encontrarse de repente sin trabajo a los 57 años no es algo para nada fácil. Aunque la empresa dijo que lamentaba perder a una fiel y válida empleada, se trató de una decisión inevitable e irreversible.
Ciertamente no faltaron las polémicas y las críticas hacia la empresa, tanto fue así que las calles de la ciudad se llenaron de ciudadanos y colegas de Tracy que manifestaron pacíficamente su inconformidad. ¡Le deseamos lo mejor a Tracy que pueda ser reingresada en la plantilla a tiempo completo!