Despedida a los 62 años, es reemplazada por una empleada mucho más joven: su desahogo
En un mundo en donde es cada vez más difícil para los jóvenes encontrar trabajo y para los ancianos es cada vez más una utopía jubilarse con dignidad a una edad razonable, se crea un cortocircuito. Las distorsiones del sistema, lamentablemente, logran dar origen a historias y ejemplos realmente poco gratificantes en el plano laboral y personal. Elektra, una mujer de 62 años, publicó un descargo sincero y emotivo en Twitter, en donde cuenta haber sido despedida de su empresa y haber sido reemplazada por una mujer 40 años más joven que ella. Para Elektra ha sido traumático y también muy humillante: "Necesito un abrazo" se lee en su publicación, y también "Era buena en lo que hacía. Simplemente envejecí...".
¿Es posible que esta sociedad y muchos emprendedores traten a las personas como si tuvieran una fecha de vencimiento? Un empleado sufre constantemente la presión de ser reemplazable y poder ser reemplazado en cualquier momento y por cualquier motivo, pero, como si no fuera suficiente, a partir de un cierto umbral de edad también es consciente de que ya "ha vencido". Caducado, porque es así que los empleadores te hacen sentir. Un concepto que vale para cualquier persona, pero sobre todo para las mujeres: "A los 50 años nos convertimos en invisibles" escribe Elektra en Twitter, "Tengo 62 años ahora, perdí el trabajo y fui reemplazada por una de 25 años. Ya estaban tratando de echarme hace 3 años. Es humillante y doloroso. Era buena en lo que hacía. Solamente he caducado". La mujer luego corrigió la publicación, señalando que su reemplazo en realidad tenía 22 años.
El problema no es trivial, dado que las mujeres desocupadas de una edad entre los 50 y los 61 años tienen el 18% menos de probabilidades de ser contratadas con respecto a las mujeres de una edad comprendida entre los 25 y 34 años. Según Urban Institute, además, las mujeres de 62 años o más tienen en cambio el 50% menos de probabilidades de ser aceptadas en un nuevo trabajo con respecto a aquellas que entran en un rango de edad más bajo (25-34 años).
Nos hace reflexionar como un hombre "anciano" a menudo está asociado a una imagen de sabiduría y cómo casi siempre es un recurso valioso y rico de experiencia en un ámbito laboral, mientras que una mujer, con el paso de los años, es vista por su empleador como un recurso ya exhausto y reemplazable. Perder el trabajo ya es una experiencia humillante de por sí, sin embargo, perderlo a los 50 años podría realmente debilitar la confianza en nosotros mismos para siempre. Y es también por esto que Elektra recibió muchos mensajes de apoyo en respuesta a su desahogo, en donde muchas mujeres han compartido experiencias similares y no tanto. El mensaje más importante es que, obviamente, no hay nada malo en Elektra o en todas esas mujeres que, después de años, son alejadas del trabajo debido a la edad.
