Hermanos se encuentran de nuevo después de 79 años: uno de los dos había sido dado en acogida por su familia
¿Qué hay de más hermoso y más puro que el amor fraterno, ese sentimiento de cariño incondicional y de complicidad que nace y se desarrolla entre hermanos y hermanas desde pequeños? Cuando la relación entre los dos es tan cercana, no hay nada más importante en la vida que pasar y compartir cada momento de su existencia, desde el más insignificante al más triste o alegre, con el hermano o hermana; pero ¿Qué sucede si uno de los dos es abandonado por la familia o es dado repentinamente en acogida a otra casa? Una situación muy triste en la que se encontró Bill Cordes hace muchos años, cuando vio a su hermano menor que se lo llevaban de su casa para llevarlo a un lugar de acogida...
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Cuando sucedió el "hecho", Bill Cordes era muy pequeño y ciertamente no podía entender por qué su hermano menor tenía que irse de su casa para siempre; la madre no le había explicado qué era lo que estaba pasando y él permaneció con esta duda que le desgarró el corazón durante años: ¿a qué familia habrá sido dado en acogida su hermano? ¿Lo volvería a ver?
Mientras tanto pasaron los años, los dos se hicieron adultos, formaron una familia, dieron a luz a hijos y luego llegaron también los nietos; uno de estos, Dana, la nieta de Bill, un día pensó en hacer una búsqueda para ver quién era su tío y si aún estaba vivo; para entender dónde podía estar, tómo el camino más radical, el de hacerle el examen de ADN a Bill Cordes.
Al final, los resultados coincidieron con los de un tal Robert, que vivía en el estado de Arizona; Dana logró ponerse en contacto con el hijo de Robert que organizó un encuentro entre su anciano padre y Bill, que no veía la hora de encontrarse nuevamente con su hermano menor perdido; piensen que habían pasado 79 años desde la última vez que Bill había visto a su hermano dejar la casa e ir a vivir a otra familia adoptiva. En los años que siguieron Bill siempre intentó localizar las huellas de su hermano Robert, pero fue en vano.
Afortunadamente la tenacidad y el buen corazón de su nieta Dana hicieron la diferencia; cuando Bill fue a ver a Robert en Arizona finalmente se abrazaron nuevamente y comenzaron a contar historias de su infancia y de cómo mientras tanto sus vidas habían cambiado para siempre. Ahora que los dos hermanos perdidos se volvieron a reecontrar, tienen la intención de vivir uno más cerca del otro, para no perderse más de vista.
Una historia de reunión familiar realmente conmovedora, ¿no lo creen?