Encuentra a un empleado que cocina arroz en la oficina: le enviaba dinero a su madre y no tenía nada para él
Hay que ser afortunados para conocer un jefe o un gerente que se preocupe por la vida de sus empleados, dado que las reglas y las ganancias parecen ser siempre más importantes que cualquier otra cosa. Sin embargo, afortunadamente, existe aún alguien que está dispuesto a escuchar y a entender. El emprendedor Azri Walter, de hecho, no se esperaba en lo más mínimo encontrar a un empleado suyo que, a la noche, cocinaba arroz en la oficina, sin embargo se quedó escuchando la historia del empleado sin dejarse abrumar por el shock. Su empleado no se debería haber encontrado allí, en ese momento, sobre todo cocinando arroz, pero sus motivos han sido tan conmovedores que Azri decidió hacer algo por él.
Azri Walter es un emprendedor malayo que no se esperaba ver a un empleado suyo, Habil, en condiciones de pobreza: le pagaba lo correspondiente a $240 por semana, entonces debía tener dinero necesario para comprar comida. Cuando Azri vio que Habil se había quedado por la noche en la oficina y estaba cocinando arroz blanco, quedó impactado. Habil pensaba que nadie entraría en la oficina esa noche, pero Azri había ido allí inesperadamente en un horario insólito. Habil, sin embargo, no estaba arrepentido de su gesto y le explicó a Azri la situación. Habil le mandaba todo su dinero a su madre: "No me pidió ella que lo haga, pero lo lamento por ella. Si le doy el dinero, puede usarlo para comprarse comida y ropa, como también a mis hermanos" explicó luego el empleado. Habil luego agregó: "No sé por cuánto tiempo mi madre estará viva. Mientras aún esté aquí, quiero hacerla feliz. No tengo a nadie a quien cuidar, entonces está bien así. Después de todo, ahora soy bueno haciendo dinero por mi cuenta".
El hecho de que Habil esté haciendo todo esto por su madre, la persona que más le importaba y por quién más ha hecho por él, hizo reflexionar a Azri.
En primer lugar, el emprendedor compartió la historia de Habil y expresó su cercanía a las ideas y a su comportamiento con respecto a su madre: "Habil tiene razón. Nuestras madres nos han dado todo lo que podían darnos cuando éramos más pequeños". No solamente, entonces, Azri apreció mucho el gesto de su empleado, sino que decidió premiarlo llevándolo a cenar afuera.
Una historia que nos recuerda cómo nuestros padres han sido nuestro faro cuando éramos pequeños y que ahora nos toca a nosotros cuidarlos.