Compra anteojos de sol a un vendedor ambulante por 35 dólares, pero paga 350 dólares por error: él quiere devolverle el dinero

Muchas veces somos propensos a sospechar y no confiar en el prójimo. Pensamos que los demás siempre están preparados para aprovecharse de nosotros y por este motivo, nos sorprendemos cuando asistimos o escuchamos contar actos de generosidad o más aún, de honestidad.

Nuestro escepticismo constante, sin embargo, afortunadamente se ve eclipsado por episodios bonitos y sencillos como el que estamos por contarles. Momentos de la vida cotidiana que nos animan y nos hacen esperar  la posibilidad de un mundo mejor.

via Extra Globo

Los protagonistas de esta historia son dos: Juliana y Moussa. Ambos viven en Rio de Janeiro, ella trabaja como asistente administrativa y él como vendedor ambulante en la playa. Precisamente allí se conocieron hace un tiempo. Juliana había ido a la playa para disfrutar un poco del sol, cuando vio a Moussa que vendía anteojos de sol. Por curiosidad, se acercó y preguntó cuánto costaban. El precio era de 35 dólares, entonces Juliana se hizo un pequeño regalo.

Estarán pensando que no hay nada extraño en todo esto. Tienen razón, si no hubiera sido por un "pequeño" error en el pago que resultó en un hermoso gesto. Comprando los anteojos con la tarjeta de crédito, por error la joven pagó 350 dólares en lugar de 35. Otro, quizás, se hubiera aprovechado del accidente y se hubiera escapado con el "botín", pero no ha sido el caso de Moussa. El joven senegalés regresó corriendo e intentó explicarle a la joven lo que había sucedido. Ya que ella no entendía mucho debido a su pronunciación, le dijo que espere y poco después regresó con un amigo que hablaba bien portugués. Este joven le explicó a Juliana la situación y ya que no era posible devolverle inmediatamente el dinero, Moussa y Juliana se mantuvieron en contacto.

Durante sus intercambios de mensajes, la joven descubrió que Moussa tenía una esposa y un hijo en Senegal y que vivía lejos de ellos. Hace tres años se había mudado a Rio para ganar más y enviarles dinero a sus familiares en África, para permitirles una vida mejor. Esto había hecho reflexionar mucho a la joven: 350 dólares caídos del cielo hubieran bastado para Moussa y para su familia durante bastante tiempo. Pero él había elegido el camino de la honestidad y merecía un agradecimiento especial. Entonces, cuando se encontraron, Juliana le llevó al joven un regalo: un cochecito para su hijo.

Pero para ella no era suficiente, entonces decidió publicar lo acontecido en Facebook: "La honestidad de Moussa me ha conmovido. -escribió en su perfil- Y espero que hacer público el episodio, pueda ayudar a un joven bueno y amable". Afortunadamente fue así. Muchos de los usuarios que han leído la historia escribieron, pidiendo el contacto del joven senegalés para poderlo ayudar de alguna manera.

Piqsels / Not the actual photo

Una solidaridad que hizo feliz a Moussa y al mismo tiempo, lo sorprendió. Para él era absolutamente normal devolver ese dinero y no pensaba que causaría tanto revuelo. Desde cuando era pequeño le habían enseñado a no tomar las cosas de los demás y había actuado de la forma que mejor le pareció.

Este joven hizo un gesto muy hermoso, que tuvo la recompensa que merecía. Gracias a Juliana por habernos contado su experiencia y a Moussa por habernos recordado que no todo está perdido y que personas hermosas en el mundo hay muchas.