El jefe le roba el trabajo haciéndolo pasar por el suyo: ella se venga añadiendo una firma imborrable en los documentos
Las relaciones laborales con los colegas y con los jefes nunca son fáciles, pero en ciertos ambientes de trabajo logran transformarse en algo imposible de afrontar todos los días. Cristina Sevcenco tenía 25 años cuando, en el 2019, fue contratada por su primera gran empresa. En sus primeras dos semanas condujo estudios de mercados muy importantes, que la llevaron a desarrollar intuiciones estratégicas muy relevantes para el futuro de la empresa. El problema es que nadie había mencionado su nombre durante la presentación de su trabajo: el jefe de Cristina, de hecho, utilizaba el trabajo de la joven para luego "llevárselo" como harina de su propio saco. ¿A cuántos de ustedes les sucedió una experiencia como esta? Estamos seguros de que este tipo de situaciones son, lamentablemente, más comunes que lo normal. Cristina, de todas maneras, no se quedó mirando y afrontó la situación de frente.
Descubrir que el propio trabajo se "hace pasar" por el trabajo de otro puede ser muy frustrante, sobre todo si nadie había establecido anticipadamente y explícitamente la cuestión. Cristina sabía que nunca habría participado personalmente a las reuniones importantes de la empresa y por consecuencia, no se esperaba ciertamente exhibir ella misma sus ideas y sus investigaciones frente a los otros gerentes, pero esperaba al menos que su nombre no fuera borrado de la presentación. Lamentablemente, las presentaciones realizadas por Cristina, no solo eran exhibidas por su jefe sin ninguna modificación, sino que lo único que se modificó era precisamente el nombre de Cristina.
La joven se dio cuenta cuando, una vez, pasó frente a la sala de la oficina en la que se estaba desarrollandouna de estas importantes reuniones: "Pasé frente a una oficina y vi mi trabajo cómo era presentado en una sala llena de personas muy poderosas", recordó Cristina, "Sin embargo, mi nombre no fue mencionado ni una sola vez...Me partió el corazón".
Cristina intentó explicarle el asunto a su jefe, señalando que no pedía un ascenso, una bonificación o poder participar personalmente a las presentaciones, sino simplemente hubiera querido que se hubiera mantenido su nombre, como reconocimiento a su trabajo duro. Por su relato, el jefe no se inmutó, restándole importancia al asunto. En ese momento, Cristina tomó la decisión de preservar su trabajo y tomarse una pequeña venganza: escondió su nombre dentro de la presentación en PowerPoint, añadiendo su firma en marca de agua en cada diapositiva. Ahora su nombre sería imborrable y todos sabrían que la mente detrás de esas brillantes investigaciones era la suya.
Luego de este movimiento, muchos usuarios le han pedido que haga un tutorial sobre como añadir una "marca de agua" a las diapositivas o más en general, al documento o a la imagen que se desea preservar de eventuales estafas. Cristina, sin embargo, admitió que este movimiento le costó caro: su carrera inmediatamente sufrió un freno repentino y la empresa en cuestión la reemplazó poco después, con 21 días de antelación.
Ahora Cristina trabaja para otra empresa y en retrospectiva dijo: "Pienso que los gerentes que hacen pasar el trabajo de otros como propios es muy común, porque en este campo es una jaula de leones. Debes combatir para hacerte tu camino. Literalmente. No importa quién se hace daño". Sin embargo, la joven trabajadora sueña con un mundo en donde no necesariamente deba existir una competencia desenfrenada:
"No debe ser siempre una competencia. Podemos trabajar juntos para crecer. No necesitamos robarnos unos a otros. Podemos aprender mutuamente a ser mejores, crear un espacio de trabajo mejor, donde todos son apoyados y apreciados. Pero a veces me parece que es solo un sueño".
¿Ustedes qué piensan? ¿Alguna vez se han encontrado en la misma situación que Cristina?
