Un abuelo de 88 años acompaña todos los días a su bisnieta a la escuela y la espera cuando sale: vive para eso
El amor de un abuelo, o de una abuela, por los nietos no tiene límites: ¡harían de todo para complacer a sus nietos y mantenerlos a salvo! No llueve sobre esto y quién tiene muchas energías para gastar a pesar de la edad avanzada lo demuestra muy bien. Eliodoro Maciel Centurión, por ejemplo, es un hombre de 88 años que, si bien ha sido víctima de varios episodios lamentables a lo largo de su vida, todavía tiene las ganas y las fuerzas de sentirse útil y de proteger a su bisnieta. ¡El anciano acompaña todos los días a la niña a la escuela y la espera a la salida para acompañarla nuevamente hasta su casa! Eliodoro ama cuidarla de esta manera y su dedicación no pasó desapercibida, incluso porque el anciano señor no es realmente su abuelo.
Eliodoro Maciel Centurión es un señor de 88 años que vive en Paraguay y que pasó por todo tipo de cosas: lamentablemente, no siempre tuvo una vida muy feliz. Al contrario, a decir verdad, sus 88 años han estado marcados por disgustos muy fuertes, entre ellos la pérdida prematura de su esposa solamente 3 años después de su boda. La mujer fue víctima de una agresión y perdió la vida luego de ese terrible incidente. El hombre nunca más se volvió a casar y como es comprensible, nunca más formó una familia propia. Años más tarde, sin embargo, lo vemos aún lleno de energías mientras acompaña a su bisnieta de 7 años a la escuela. Naturalmente, los dos no son realmente parientes biológicos, pero no importa: el vínculo que los une es exactamente como el que existe entre un abuelo y una nieta.
Todo lo que le interesa a Eliodoro es que su bisnieta llegue sana y salva a la escuela y de la misma manera, se sienta segura cuando debe regresar a su casa. Loreley Roa, una joven de 25 años, dijo que la hermanita, Genesis, no es la bisnieta directa de Elidoro, precisamente porque nunca pudo formar una familia, pero es tío abuelo de su madre.
Eliodoro ha sufrido otros disgustos después de la muerte de su esposa, entre ellos el abuso de su hermano, con el cual no se llevaba para nada bien. Luego, en otra ocasión, fue estafado por un hombre que en la calle lo engañó para que firme algunos documentos. En resumen, Eliodoro no es un hombre afortunado, pero tiene suerte de tener aún una "bisnieta" que cuidar. Afortunadamente, ahora vive con Loreley y su pequeña Genesis.