La joven que no puede sonreír y es modelo: "La alegría para mi es ser feliz con lo que eres"

La sonrisa es sinónimo de positividad, bienestar y buen humor: cuando los labios sonríen los ojos lo siguen y el rostro se ilumina, a menudo contagiando a quienes tenemos enfrente. La sonrisa, de hecho, es muy potente pero sobre todo contagiosa: resumiendo, hacerlo hace bien al espíritu y al de los demás, porque es un reflejo incondicional que parte de un estado interior de felicidad. Sin embargo, hay quienes, por razones de naturaleza orgánica, no pueden hacerlo: al menos, no exteriormente. Eso no significa no poder sentirse de todas formas alegres, a pesar de no poder manifestarlo arqueando las comisuras de la boca hacia arriba.

Nos lo enseña una joven mujer que, a pesar de su afección, no renuncia a difundir alegría y a cumplir sus sueños.

via Daily Mail

Se trata de Tayla Clement, que padece desde su nacimiento del síndrome de Moebius, patología que le impide literalmente sonreír. El síndrome, de hecho, afecta a los nervios del rostro que controlan las expresiones faciales y los movimientos oculares.

Por este motivo su apodo, como informe también en su perfil de Instagram, (https://www.instagram.com/taylaclement/) es "la joven que no sabe sonreír." En la biografía de su cuenta, la joven escribe: "Vivo mi vida de la mejor manera con el síndrome de Moebius y la diabetes T1."

Las arcadas de las cejas de Tayla están inmóviles, sus ojos no pueden moverse de izquierda a derecha y su labio superior no tiene posibilidad de movimiento.

Esto le causó a la joven problemas, entre ellos el sufrimiento de bullying en la escuela y una gran dificultad para aceptarse.

"La gente traía bolsas de plástico a la escuela y me la quería colocar en la cabeza porque era tan fea que no querían verme o porque no merecía que me vieran" contó, agregando que escuchar decir que uno es inútil durante la etapa del crecimiento, te lleva a creerlo realmente.

Sin embargo, Tayla no se dio por vencida y enfrentó las dificultades con la sonrisa del alma: está feliz de haber afrontado este obstáculo y poder ser de inspiración para las demás personas.

La Cliement, de hecho, desafió sus límites trabajando como modelo, luego de haber sido contratada por una empresa internacional: "Ser aceptada de una manera tan abierta fue fantástico."

El hecho de no haber visto a nadie como ella en la televisión o en los periódicos la hacía sentir inútil, hasta cuando ella misma se convirtió en una portavoz de quién como ella no podía sonreír.

Para ella, la alegría es "Sentirse cómodos, ser felices por cómo es uno a nivel humano. Es lo más liberador del mundo."

Un gran ejemplo de valentía y de la importancia de saber sonreír por dentro, emanando la propia luz desde adentro más allá de la apariencia.