Cliente descortés le envía una carta de disculpas a la mesera y una propina de $100
Los días malos les pasan a todos. Cada uno puede tener altos y bajos y no todos los días salen como uno espera. Cualquiera sea el motivo, si una persona está nerviosa, se vuelve también más susceptible y propensa a tomárselo en serio. Esto puede suceder por cosas importantes, aún más cuando se trata de tonterías. Lamentablemente, si la gota que hace rebalsar el vaso se vuelca en público, podría haber un mal intencionado que provocará un feo desahogo.
Afortunadamente, en algunos casos, una vez pasado el momento de ira, las personas se dan cuenta que cometieron un error y tratan de solucionarlo. Lo sabe perfectamente una mesera de York. Les contamos su experiencia.
via cbsnews
Tammy Ramsey trabaja como mesera en un restaurante del Hotel Union Bluff en York, Maine. En una entrevista la mujer contó que recibió una carta por parte de un cliente. En un fin de semana cualquiera, durante el cual el restaurante estaba muy concurrido, lamentablemente se verificó un mal episodio de la que fue protagonista.
Un cliente nervioso se dirigió de manera grosera a ella y hacia una compañera suya. El hombre, según lo que recuerda Tammy, se había enojado por haber esperado más de una hora y media para sentarse. Luego de dirigirse mal tanto hacia ella como hacia la otra mesera, se fue sin transcurrir la velada allí.
Sin embargo, en el transcurso de la entrevista, Tammy dijo que se quedó gratamente sorprendida cuando, pocos días después, recibió una carta. La misma contenía palabras de profundo pesar y sinceras disculpas por su comportamiento tomado durante esa noche. Era precisamente el cliente descortés quién le escribió para tratar de remediar la mala impresión que le había causado. En la carte se lee: "Por lo general no me comporto así, sobre todo con personas que trabajan y que lo hacen bien. Hubiera querido no estar en el lugar de la persona maleducada, pero sucedió y lo lamento".
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En el sobre habían también 100 dólares. Además de las palabras de disculpas, el cliente envió una propina para dejar más en claro lo arrepentido y mortificado que estaba por su comportamiento asumido.
La mesera, por su cuenta, aceptó sus disculpas y dijo: "Me hizo venir la piel de gallina. Todos pueden tener un mal día, pero creo que el mundo está lleno de personas amables y simpáticas. También a mi me ha pasado de cometer errores con otras personas, quizás no me di cuenta que lo hice y ni siquiera pedí disculpas. Este cliente en cambio reconoció su error y hasta incluso me escribió una carta. También solo por esto debe ser apreciado".
Tammy luego se dirigió a las personas en general pidiendo un poco de paciencia y comprensión hacia las trabajadoras como ella. "Hacemos lo posible para trabajar bien y complacer a todos. . -dijo- A cambio solo pedimos un poco de comprensión. Estamos en un período difícil, el personal es reducido y siempre estamos corriendo, pero queremos que todos los clientes estén felices. Por este motivo -termina- Tengan paciencia, sean amables, sean comprensivos y sonrían".
Todos nosotros, tarde o temprano, nos encontramos en el lugar de clientes. Ya sea en un negocio, en un restaurante o en cualquier otro lugar recordemos siempre que los trabajadores son personas. Frente a nosotros tenemos a seres humanos que están trabajando y que, estamos seguros de esto, harán siempre todo lo posible para darnos un servicio adecuado a nuestras necesidades. Por este motivo, tratemos de mantener la calma y no descargar sobre ellos malestares personales. En caso contrario, sigamos el ejemplo de este cliente y disculpémosnos.