De recolector de residuos se convierte en abogado: "nunca me di por vencido y cumplí mi sueño"
El mundo está lleno de personas, todas diferentes entre sí. Hay altos, bajos, rubios, morochos, jóvenes, menos jóvenes y hay quienes tienen suerte y quienes no. En casos como estos, quienes no tienen la suerte de su lado, lamentablemente deberán esforzarse un poco más para lograr cumplir sus objetivos. No es algo absolutamente negativo, solo se necesita más tiempo y mucho más compromiso para realizar un sueño.
Un argumento y si quieren, un pequeño obstáculo que conoce muy bien el joven de treinta y nueve años del que queremos hablarles. Su vida no fue siempre cuesta abajo, pero a pesar de todo, logró alcanzar el hito que se había propuesto y por esto, merece mucha admiración.
via g1.globo
El protagonista es Flavio Silva, un hombre de 39 años que, hasta hace poco tiempo, trabajaba como basurero. Trabajaba sí, porque con mucho esfuerzo y mucho sacrificio logró cambiar su vida y la de su familia.
Inicialmente empleado en el municipio de Tibau do Sul en Río Grande, Brasil, Flavio siempre tuvo un sueño en el cajón: ser abogado. Es cierto, no sería fácil para él considerando su trabajo, la familia y sus compromisos, pero nunca se desanimó.
Un día decidió que haría cualquier cosa para dar el gran paso, entonces se inscribió en la facultad de derecho en Natal, un puebo a 78 kilómetros de distancia de su casa. Durante 6 largos años Flavio llevó adelante en paralelo trabajo y estudio. Todos los días se despertaba a las 5 de la mañana, iba al trabajo, se quedaba 6 horas y luego tomaba el colectivo hacia Natal. Luego de un viaje de dos horas, llegaba a la universidad y se ponía a estudiar.
Pixabay - Not the actual photo
Como dijo en una entrevista: "Al principio no fue fácil. No entendía bien las cosas que tenía que estudiar, pero fue alentador compararme con algunos de mis compañeros de clase y saber que tenían las mismas dudas. Luego uno de ellos me dijo que quería crear un grupo de estudio y acepté inmediatamente. Nunca me rendí. -continuó- Mi vocabulario realmente no incluye esta palabra. Entonces seguí adelante por mi camino de estudiante y también de trabajador".
Flavio, antes de llegar a ser barrendero, también había trabajado como asistente administrativo en la Guardia municipal. Nunca había dejado el trabajo por el estudio y luego de varios años, alcanzó su objetivo.
"Cuando me enteré que había superado el examen para entrar en la orden de abogados, no podía creerlo. -contó- Lloré durante 40 minutos pensando en todos los sacrificios realizados. Desde mi experiencia aprendía algo que quiero compartir: si tienes un sueño, nunca lo abandones. Intenta de cualquier forma superar los obstáculos. Cada uno de nosotros es capaz de hacer la profesión que desea, solo es necesario no rendirse".
Exactamente como hizo él. Gracias Flavio por demostrarnos que la obstinación y la fuerza de voluntad son dos elementos fundamentales para cumplir los sueños que tenemos guardados en el cajón.