Gana 115 millones de libras esterlinas en la lotería y regala más de la mitad: "No puedo dejar de ayudar a los demás"
¿Qué sentido tiene ser millonarios y no ayudar a quienes más lo necesitan? No todos lo piensan de esta manera, lamentablemente, pero Frances Connolly y su esposo Patrick viven precisamente de esto desde cuanto ganaron la lotería nacional allá por el 2019. En particular, Frances no puede dejar de hacer caridad: sus actos de solidaridad y de amabilidad la llevaron a gastar al menos la mitad del premio inicial, cuya suma era de unos 115 millones de libras esterlinas. Una cifra enorme que, de hecho, podría cambiar la vida de muchas personas y no de una sola familia. Es por eso que Frances aprovecha siempre la ocasión para donar su dinero a quien es menos afortunado que ella.
via The Times
Frances Connolly tiene 55 años, vive en Hartlepool en el condado de Durha, en el Noreste de Inglaterra y es la afortunada receptora de un cheque de 115 millones de libras esterlinas. Ella y su esposo, de hecho, ganaron la lotería nacional en el 2019, precisamente en Año Nuevo. Desde entonces, Frances y Patrick han hecho mucha caridad, pero solamente en el 2022 la mujer donó unos 11 millones de libras esterlinas para buenas causas. En resumen, Frances se dejó llevar tanto que, en pocos meses, donó a la caridad el equivalente de lo debería haber gastado en 10 años.
Frances es una ex maestra y ex asistente social que, luego de su millonaria victoria, se volvió adicta a ayudar a los demás. ¿Es posible? Aparentemente sí, dado que la sensación que le produce es tan hermosa y satisfactoria que parece que no puede prescindir de ella.
"Puedo cambiar la vida de las personas todos los días, si quiero" comentó Frances, "Ayudar a las demás personas y hacer algo para ayudar te alivia el alma. Si puedes donar a los demás algo, ya sea tiempo o dinero, es realmente importante hacerlo, te dará mucho entusiasmo. Crea adicción. Yo ahora mismo soy una adicta" concluyó la mujer, ahora muy apreciada por todos por sus acciones humanitarias.
Frances no soporta ver los males que hay en el mundo y sabiendo que tiene mucho dinero que pueden hacer la diferencia para alguno, decidió dedicarse con alma y cuerpo a esta actividad. Su esposo incluso le impuso un prespuesto anual destinado a la caridad, pero Frances no parece respetarlo: "Me dio un presupuesto anual para las buenas causas. Hemos impuesto uno este año, acepté. Ya gasté todo el dinero. ¡Debía llevarnos hasta el 2032!".
Naturalmente, los cónyuges han donado inicialmente dinero a sus hijas, nietos y bisnietos, sin olvidarse de la familia. Pero ambos declararon que no continuaron dándoles grandes sumas de dinero a sus hijas: "Hemos decidido muy pronto que nuestras hijas no recibirían decenas de millones de libras esterlinas. Obtuvieron más que cualquier otra persona, tienen suficiente dinero para comprarse una casa y vivir cómodamente, pero deberán trabajar para cualquier otra cosa que quieran. Tendrán más cuando nos moriremos. El resto lo donaremos a la caridad". Los Connolly están de todas formas orgullosos de sus hijas, las cuales han podido ayudar también a quienes más lo necesitan.
Frances se considera afortunada en haber ganado todo ese dinero, porque según ella es el dinero quien nos "libera" para poder expresar realmente la persona que queremos ser. Ella siempre tuvo un gran corazón y ahora que tiene la posibilidad de ayudar, ciertamente no se echa hacia atrás.
