Una niña espera todas las semanas al barrendero para saludarlo: él hace lo mismo, le sonríe y se convierte en su "héroe"
¿Qué es lo mejor que saben hacer los niños? ¡Sorprendernos! Sin duda un don que tienen los más pequeños es actuar inesperadamente y sorprendernos, casi siempre positivamente. La pequeña protagonista de esta historia no niega en absoluto esta convicción, al contrario, es la pura confirmación e imagen.
Esta niña con un pequeño gesto logró llenar el corazón de alegría de todos aquellos que la conocieron. Con tan solo 2 años la niña tenía una costumbre que realizaba todos los jueves a la mañana: ella se colocaba en la ventana de su casa, esperaba el camión que retiraba la basura y saludaba al operario que lo conducía. Un gesto reciente que, sin embargo, siempre estuvo para la niña y para el trabajador lleno de sentimientos y emociones. Descubramos juntos la historia.
via Facebook/City of Bloomington
La madre de Brooklyn contó que su hija todos los jueves a la mañana se colocaba detrás de la ventana de su casa esperando que pasara el camión de la basura. ¿Por qué? Solamente para saludar a su "héroe".
Así es, después de todo cada uno de nosotros de pequeños hemos elegido y tenido a nuestro héroe. Cualquiera y por cualquier motivo puede serlo, en este caso la pequeña Brooklyn elegió una persona muy normal que, sin embargo, sabía cómo regalarle una gran sonrisa y un saludo sincero.
"Mi corazón se llena de alegría cuando veo a mi niña sonreír. -contó la madre- Cuando el hombre pasa con el camión frente a nuestra casa, toca la bocina y saluda con una enorme sonrisa, ella se pone contenta y sé que lo estará durante todo el día". Esta costumbre se prolongó durante aproximadamente un año, se desarrolló también en el día del cumpleaños de Brooklyn que, por una broma simpática del destino, caía precisamente jueves.
¿Qué mejor ocasión para hacerle un regalo a la pequeña y conocer al hombre que cada semana ella esperaba? Bien, cuando el operario pasó, la niña no estaba en la ventana, pero lo estaba esperando en la calle con su madre y un pastelito de cumpleaños para ofrecerle. "Le hice señas para que se detenga y que se acerque a nosotros. -contó la madre- Él no lo pensó dos veces y lo hizo".
Entonces la madre de la niña descubrió que el operario se llamaba Delvar Dopson y que, al igual que su hija, esperaba ansiosamente cada jueves a la mañana para saludarla. El hombre no tenía hijos, pero cuidaba niños y por esto era feliz de saber que con un mínimo gesto podía hacer feliz también a la pequeña Brooklyn. Su "historia" no terminó ese día y la familia de Brooklyn estableció una bonita relación con Delvar.
"Después del primer encuentro, - confesó la mujer - mientras estábamos en la calle para ir al jardin de infantes mi niña me miró y me dijo que estaba feliz. Y lo estaba gracias a ese buen hombre". Durante los siguientes meses Devlar demostró ser aún más amable y bueno al presentarse con muchos regalos para la pequeña. Una amistad que no tuvo en cuenta la edad y que se convirtió cada vez más fuerte y profunda.
"Gracias por la alegría que le traes a Brooklyn todos los jueves a la mañana. Para nosotros significa mucho. ¡Gracias Delvar por tu amabilidad! - con estas palabras la madre de Brooklyn agradeció públicamente al hombre que había sido tan amable con su hija.
Muchas personas han apreciado y comentado el gesto y quizás se dejaron inspirar por Delvar y comenzaron a realizar acciones como las de él. En el fondo es verdad: en la vida no se necesita hacer grandes acciones para regalar felicidad, a menudo es suficiente solamente una sonrisa y un saludo para mejorar la vida de una persona.