Estudiante invita a su casa a una señora de 71 años que había perdido el último autobús nocturno: ahora son mejores amigas
De una buena acción, por lo general, siempre deriva otra: es así cómo se dispersa la positividad y los llamados "milagros". Una joven de 19 años, por ejemplo, se interesó inmediatamente en una señora de una cierta edad que parecía deambular sola de noche, en Glasgow, Escocia. La mujer había perdido el último autobús nocturno para poder regresar a su casa y en consecuencia, estaba simplemente deambulando por las calles de la ciudad completamente sola. La joven, que había apenas regresado de una fiesta, no podía permitir que esa abuelita permaneciera sola en la calle, de noche, entonces la invitó a dormir a su casa por esa noche.
via Daily Record
Rebecca McCurry, una estudiante de 19 años, había estado en una fiesta cuando se encontró en la calle con la simpática Ann, una abuelita de 71 años que se había quedado a pie luego de haber perdido el último autobús. La señora había ido a Glasgow para visitar a su hermano enfermo, en marzo del 2021, y se quedó deambulando por las calles de la ciudad sin la posibilidad de regresar a su casa. No podía ni siquiera irse a dormir a un hotel, debido a las medidas de restricción del Covid-19, por eso se había quedado sin un lugar a donde ir. Rebecca, luego de preguntarle a la señora si todo estaba bien, no tenía ganas de dejar a esa pobre mujer sola y entonces, la invitó a pasar la noche en su casa. Ann le agradeció con los ojos que le brillaban: le había salvado la vida, esa noche.
"No podía creerlo cuando me dijo que había estado dando vueltas durante tanto tiempo", comentó Rebecca, "Ya eran las 23:30 de la noche. La hice entrar conmigo y la hice pasar diciéndole a seguridad que era mi abuela". Las dos subieron a la habitación y Rebecca le dijo a Ann que regresaría a la fiesta un rato más: "¿Dónde está mi invitación?" dijo inmediatamente Ann y luego ambas se encontraron en la fiesta de los amigos de Rebecca. "Todos la adoran" comentó la joven estudiante.
Al día siguiente, Rebecca casi se había olvidado que le había permitido a Ann que se quede a dormir en su habitación y casi se asustó al ver esa extraña melena que sobresalía de su cama. Ese día Ann pudo regresar a su casa sana y salva, pero la abuela no dejó ni un minuto de agradecerle a Rebecca por su infinita amabilidad.
Las dos se mantuvieron en contacto, convirtiéndose en grandes amigas. Rebecca fue a visitarla un fin de semana a Dumfries y Galloway, en Escocia, donde se divirtió mucho escuchando las historias de la vieja señora. "La encontré muy interesante", dijo Rebecca, "Ella es un poco hippie y tiene muchas historias interesantes para contar, hizo todos los trabajos posibles".
Las dos se llevan muchos años de diferencia, pero eso no les impidió convertirse en mejores amigas. Además, Rebecca se dio cuenta de que envejecer ya no le asusta: "Si esto significa ser jubilada, ¡entonces me va bien!".
