Anciano llama todos los días a la alcaldesa para insultarla: ella se presenta en su casa con croissants y nace una amistad
Cuando uno está en condiciones de hacer algo por el prójimo, no hay que dudar en tomar la iniciativa. La alcaldesa de un pueblo italiano, en provincia de Ravenna, fue muy buena en interpretar las quejas de un anciano conciudadano y quiso conocerlo para intercambiar algunas palabras con él. Todos los días, de hecho, el señor Renato, un vivaz de 90 años, llamaba a la alcaldesa para llenarla de insultos, dado que según él no estaba actuando con prontitud para resolver el problema de una calle muy ruidosa precisamente junto a su casa. Valentina Palli, la alcaldesa, se presentó sin avisar en la casa del señor Renato, con un croissant y ganas de entender mejor la situación del anciano.
via Facebook / Valentina Palli
La alcaldesa del municipio de Russi, Valentina Palli y su equivo recibian a diario las llamadas del señor Renato, llamadas muy duras, en las que el anciano ciudadano decía muchas cosas, insultando más o menos a todos. Su objetivo era, claramente, la alcaldesa, responsable de no haber hecho nada para resolver el problema de una calle demasiado ruidosa cerca de su casa. La alcaldesa, entonces, decidió sorprender al señor Renato y se presentó en su casa con croissants, a eso de las diez y media de la mañana. Debe haber sido una real sorpresa para el señor Renato, el cual permaneció durante una hora hablando con la alcaldesa, contándole su historia.
En una publicación en Facebook, la alcaldesa escribió: "En un día de sol, sin avisarle, me presenté en su casa. Estuve allí una hora, un tiempo de charlas, de historia de su vida y de su familia. De cercanía humana. Hemos hablado también un poco de la calle, pero en nuestro tiempo juntos ese fue un tema completamente residual. Desde ese día, sus llamadas cambiaron. El ruido de la calle debe haber cesado porque nunca más lo mencionó".
Desde ese momento en adelante, la relación entre el señor Renato y la alcaldesa cambió: el anciano ahora la llama para saludarla y no hay día en el que la alcaldesa no se preocupe por cómo está. Incluso cuando el señor Renato tuvo Covid y se vio obligado a permanecer en el hospital, la alcaldesa y su equipo lo hicieron sentir menos solo: "Desde el hospital, dado que está solo, nos llamaba y nosotros hicimos lo mismo con él, llamándolo por teléfono y preguntándole a los médicos cómo estaba, para asegurarnos que no se sintiera solo (estaba prohibido ir al hospital...) y así Renato regresó a su casa. Como dice él: '¡a mi edad yo también volví!' y se conmovió por teléfono cuando lo llamaron para darle la bienvenida".
El gesto de la alcaldesa ha sido elogiado un poco por todos y ella misma agradeció, ya que no se esperaba que la historia rebotara en otros diarios. Lo que hizo es el fruto de su educación recibida,- en un pueblo de pocos habitantes, donde todos se conocen, la cercanía con los demás es esencial. Un gesto que es noticia, sobre todo para quienes viven en las grandes ciudades, donde las distancias anulan a menudo el contacto con los demás, haciendo que todos se sientan menos solos.