Después de la humillación en el aeropuerto, esta madre pide más educación sobre la lactancia materna
Luego del embarazo y el nacimiento de un hijo, llega la etapa de la lactancia materna. Un período particular para cualquier madre, no solo por lo que conlleva físicamente, sino también por todas las críticas a las que a menudo se ven expuestas. No todos aceptan, de hecho, ver a una madre mientras amamanta a su hijo en público y escucha a menudo episodios poco agradables que tienen que ver con el tema.
Lo sabe muy bien la protagonista de esta historia. Emily Calandrelli es ingeniera aeroespacial, conductora de televisión y madre de dos niños que, hace pocos días, fue centro de una historia que tenía que ver precisamente con el tema de la lactancia. Veamos que fue lo que sucedió.
via Twitter/ Emily Calandrelli
Emily tuvo su segundo hijo hace unas 10 semanas y después de este período de estar sin trabajar, regresó a las pistas y afrontó su primer viaje posparto. Para hacer eso, tuvo que tomarse un avión.
¿Qué sucedió? Al no tener al bebé con ella, la mujer debía disponer de un extractor de leche para gestionar la pruducción diara de leche materna. Para no tirarla, pensó en llevar todo lo necesario para guardarla, incluidas dos bolsitas de gel para congelar y útiles para mantener fresca a la leche. Cuando llegó a los controles, sin embargo, algó no salió bien.
Dos oficiales de TSA (Administración para la seguridad de los transportes) la detuvieron y le preguntaron para qué eran esas dos bolsitas de hielo con gel. La mujer explicó todo y dijo que el hielo servía para conservar la leche durante el viaje. Como uno estaba congelado y el otro no, dado que serviría para después, los oficiales no quisieron entrar en razón y le dijeron que se deshiciera de eso.
"Me dijeron que no los podía llevar porque no eran sólidos, sino líquidos.- contó en las redes sociales la mujer- Pedí, entonces, hablar con su jefe. Fue llamado inmediatamente y me dijo las mismas cosas que sus subordinaros. Más de una vez me preguntaron dónde estaba el niño y cuando especifiqué que viajaba sola, me dijeron que con el pequeño hubiera sido todo más fácil, mientras que sin él podría haberlo hecho sin extraer la leche, conservándola y el hielo no me serviría".
Entonces, Emily pidió hablar con una oficial mujer, pero se lo negaron y tuvo que explicarles a tres hombres todo el proceso de almacenamiento de leche. "Les dije que hace daño detener la normal producción de leche materna y fue todo muy vergonzoso. También había borrado mi primer mensaje sobre la historia, pero luego decidí hacer todo público".
En efecto, no es posible que aún sucedan casos como estos ligados a la lactancia materna y que una mujer no tenga el derecho de hacer lo que considera más correcto para ella misma, para su hijo y para su salud. Los oficiales no comprendieron, de hecho, la importancia de liberar el seno incluso por una cuestión de bienestar corporal.
Si bien al principio el problema parecía consistir únicamente en la imposibilidad de embarcar el hielo en estado líquido, Emily entendió que había algo más. En primer lugar y por las investigaciones posteriores, salió a la luz que está permitido llevar en el avión cualquier cosa ligada a la salud. "Más allá de esto, sin embargo, -continuó la mujer- lo que más me impacta es la ignorancia con respecto al tema de la lactancia materna. Hay demasiadas personas que hoy en día consideran esta una práctica incómoda y que hay que esconderla, pero no es así".
Muchas otras mujeres, en comentarios a la publicación de esta madre, contaron otras tantas experiencias negativas, vividas especialmente en el aeropuerto. Si los oficiales en cuestión hubieran tenido un conocimiento más profundo sobre el tema, no se hubiera creado una situación como la que hemos apenas contado.
Se necesitaría realmente poco para educar, informar y evitar escenas como estas que, estamos seguros, no son agradables para las protagonistas, ¿no lo creen?