No puede cuidar a su esposa enferma porque se les acabaron los permisos: los colegas le regalan 1 año de vacaciones
Más del 80% de nuestros días los pasamos en el trabajo y con colegas, y no siempre en condiciones agradables dado que no es fácil encontrar verdaderas amistades en la oficina. Sin embargo, afortunadamente, Giuseppe Mora, un enfermero de quirófano del Policlínico de "San Marco di Zingonia", en la provincia de Bérgamo, encontró colegas dispuestos a gestos de gran solidaridad hacia él. Giuseppe, llamado Beppe, debe cuidar de su esposa Sara, también ella enfermera, que desde hace seis largos años sufre una enfermedad pulmonar. A Beppe, sin embargo, se les acabaron las vacaciones y los permisos, mientras que las condiciones de su esposa Sara empeoran y la única solución en la que puede pensar es la licencia y quedarse durante meses sin salario. Es en ese momento que entre sus colegas, y no solo entre ellos, se desencadenó una cadena de solidaridad.
via Repubblica
En el 2016, Sara descubrió que padecía de una extraña hipertención pulmonar, a pesar de que inicialmente pensaba que se trataba de una forma de asma o algún tipo de alergia. Desde ese momento en adelante, se sometió a numerosas visitas médicas y controles, así como a un trasplante de pulmones en el 2021. Su esposo Beppe, de 47 años, siempre estuvo a su lado: los dos son enfermeros dentro del mismo Policlínico y juntos tienen una hija. Sin embargo, poco a poco, Beppe comenzó finalizando sus días de vacaciones y con ellos también los permisos, utilizados para quedarse junto a su esposa y su hija. Inicialmente, parecía que Sara podía mantener a raya la enfermedad con medicamentos, pero pronto se reveló una falsa esperanza: lo que necesitaba era un trasplante de pulmón.
La buena noticia de la llegada del pulmón compatible llegó el 21 de junio del 2021 y Sara se sometió a la operación. En total, luego del trasplante, pasó dos semanas en terapia intensiva y 40 días hospitalizada. Parece el final feliz de una larga historia turbulenta, pero lamentablemente no es así. Sara empeorará los siguientes meses debido al rechazo del órgano.
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La mujer debe ser entubada urgentemente y tratada lo antes posible. Beppe en ese momento se quedó sin vacaciones y lo único que podía hacer es pedir la licencia: "Me había acabado todos los permisos. No me quedaba otra cosa que pedir la licencia, a pesar de que la idea de quedarme sin salario durante meses era un peso que se agregaba a las tantas preocupaciones ligadas a la enfermedad". Es aquí donde intervinieron sus colegas para ofrecerle a Beppe el máximo apoyo: "Llamo a mi jefe de la sala de quirófano, Diego Di Vito, para entender cómo proceder. Al día siguiente me llama y me dice que no es necesario que pida la licencia".
Cada uno de ellos le ofreció a Beppe un día de vacaciones, llegando a cubrir un período de 39 días. Pero este hermoso gesto inmediatamente se viralizó por el hospital, llegando a tocar los corazones de todos: fisioterapeutas, obreros, técnicos, almacenistas y otros médicos ofrecieron sus vacaciones, llegando a un total de 1800 horas. En práctica, le regalaron a Beppe 1 año de vacaciones.
El hombre de 47 años no podía estar más que agradecido con ellos: "No podía creerlo, estaba emocionado por toda esa solidaridad. No lo olvidaré nunca. Ahora mi mayor deseo es que Sara pueda comenzar a ser la de antes y que yo pueda regresar al trabajo y abrazar nuevamente a todos mis colegas".
Ahora no vemos la hora de escribir un hermoso final feliz y desearle lo mejor a esta familia que merece un poco de tranquilidad.