Cumple 98 años y vuelve a abrazar a su hija dada en adopción 80 años antes: el regalo más hermoso
Las calles que la vida nos tiene preparados son realmente infinitas y la imprevisibilidad de los eventos nunca deja de sorprendernos: quizás es también esto lo hermoso de la vida, ¿no lo creen? Gerda Cole es una abuelita de 98 años que vio muchas cosas en la vida y que para su cumpleaños recibió quizás la más increíble: ¡conocer a su hija por primera vez, dada en adopción muchos años atrás, luego de 80 años! La historia de Gerda es problemática, pero ciertamente la abuelita no podía creer a sus ojos cuando tuvo la posibilidad de volver a ver a su hija, ya adulta. Ha sido un regalo increíble para ambas.
via Twitter / CBC News: The National
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Gerda Cole, una joven de origen judía, se vio obligada a abandonar Austria allá por 1939, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y echar raíces en Inglaterra. Con tan solo 18 años quedó embarazada, pero sus posibilidades económicas eran tan limitadas que la única solución que encontró para ofrecerle un futuro digno a su hija, fue el de darla en adopción. Gerda siguió viviendo su vida lo mejor que pudo, viajando, estudiando y mudándose luego a Canadá, donde se estableció definitivamente. Nunca hubiera pensado que volvería a ver a su hija, incluso porque se le había prohibido cualquier contacto con ella.
Con el paso de los años, sin embargo, la hija de Gerda, Sonya Grist, comenzó a hacerse preguntas sobre su madre biológica, dado que no sabía casi nada. Habiendo pasado muchísimos años, Sonya estaba convencida de que su madre había fallecido hacía bastante tiempo, pero su hijo Stephen logró localizarla y desmentir esa hipótesis.
"Descubrí que Gerda, la madre biológica de mi madre, tiene un hijastro y lo contacté por Facebook. Le dije: 'Me falta un último dato. Necesitaría el certificado de fallecimiento de Gerda...¿podrías ayudarme a encontrarlo?" Y él respondió: "No encontrarás el certificado de fallecimiento porque aún está viva y vive en un hogar de ancianos en Canadá". ¡Dios mio! La madre de mi madre aún está viva, tiene 97 años y cumple 98 el próximo sábado!" contó Stephen.
Sonya y su hijo Stephen fueron a ver a Gerda, para su cumpleaños número 98 y la emoción fue enorme. A pesar de que habían vivido dos vidas separadas, su vínculo de madre e hija nunca se apagó. Ochenta años después fue emocionante y conmovedor verse y abrazarse, finalmente.
El mensaje que esta casi centenaria abuelita quiso compartir con todos, luego de esta maravillosa sorpresa, ha sido: "No esperar hasta mañana o será demasiado tarde, si quieres vivir, vive ahora, ¡no mañana o pasado mañana!".