Mamá encuentra a su hijo en Facebook después de 33 años: se vio obligada a darlo en adopción
Dar un bebé en adopción nunca es una decisión fácil. Cuando Shelley Pitts queda embarazada con tan solo 14 años, en definitiva sabía que era lo mejor para su hijo. "Tenía 14 años, estaba embarazada y era totalmente incrédula. En mi ingenuidad, pensaba que podía eliminar el embarazo de mi cuerpo. Sabía que era demasiado joven para tener un hijo", contó.
Durante los primeros meses, Shelley trató de mantener oculto su embarazo, pero su cuerpo estaba cambiando y en la secundaria comenzaban a circular voces sobre ella. "Pronto mi novio Sidney y yo, nos vimos obligamos a decirles a nuestros respectivos padres sobre el niño. Todos estaban de acuerdo: la mejor decisión era la adopción".
via KidSpot.com
"Durante el trabajo de parto, el asistente social de la agencia de adopción me sostuvo la mano y me dijo que empujara. Ninguno de mis familiares era capaz de estar allí conmigo. Estaba sola. Me parecía ver a alguien más mientras lo hacía. Fue surrealista. A las 12.54 del 29 de marzo, mi hijo llegó al mundo. Elegí verlo a pesar de que me dijeron que sería traumatizante. Necesitaba verlo", continuó Shelley.
"No podía concebir la idea de irme sin haberlo tenido en mis brazos al menos una vez. Era perfecto, pero no estaba destinado a ser mío. Seguía repitiéndome que tendría una mejor vida con sus padres adoptivos. No lloré cuando se lo llevaron. Recuerdo que me avergonzaba como si no tendría derecho a llorar. Estaba entregando a mi hijo. Ciertamente no podía merecer compasión, ¿verdad?".
Luego del parto, Shelley continuo con su vida de adolescente, festejando en silencio el cumpleaños de su hijo todos los años desde el día en el que había renunciado a él. "Con 20 años me casé, tuve tres hijas y me divorcié, pero mi hijo siempre tuvo un lugar en mi corazón y en mi mente. Luego de su cumpleaños número treinta, decidí anotarme en un sitio de citas para adopciones que te ponía en contacto con alguien que coincidía con los criterios que habías ingresado. No hubieron coincidencias. Sabiendo que su cumpleaños número treinta se estaba acercando, volví a ingresar al sitio...y aquí hubo una coincidencia del 81%. Entonces busqué su nombre en Facebook".
"Encontré la foto de un hombre joven con una campera gruesa sacándose una selfie en la nieve. Los ojos que me miraban eran mios. Los labios eran de su padre. ¡Había encontrado a mi hijo! Rápidamente le envié un mensaje privado. "Feliz cumpleaños. Soy tu madre biológica. No sé de qué otra manera decirlo sencilla y directa. Espero que respondas. No puedo creer que te he encontrado". Algunos días después llegó su respuesta: "Hola, no sé por donde comenzar. Me gustaría hablar contigo". Mi corazón explotó", contó Shelley.
La mujer tenía el terror que su hijo estuviera enojado con ella por el hecho de haber sido abandonado, pero el texto de su mensaje disipó todas las dudas: "Este es casi un sueño. Hay un millón de cosas que quisiera decir y al mismo tiempo no logro encontrar las palabras. Debes saber que te quiero mucho. Nunca me he enfadado contigo", escribió el joven, llamado Daniel.
Luego de una emocionante llamada los dos decidieron verse: "La espera en el aeropuerto era casi excesiva y yo estaba tan emocionada que apenas podía quedarme quieta. El primer abrazo fue diferente de cualquier otra cosa que había sentido jamás. Mi corazón se llenó de alegría. "No puedo creer que finalmente estés aquí", continuaba diciéndole en su oído. Todo lo que pude hacer fue una risa suave. Mi hijo estaba en casa", continuó Shelley. "Los seis días siguientes estuvieron llenos de familia, comida y todo el amor que podíamos darle. Cuando Daniel regresó a Virginia, fue difícil dejarlo ir. Nos quedamos abrazados durante minutos y me dio un beso en la frente antes de tomar su valija y entrar en el aeropuerto. Daniel se estaba yendo, pero no era así". Este, de hecho, era tan solo el comienzo de una relación redescubierta.