Cansadas de las visitas sorpresa de la suegra, hace instalar un portón en el ingreso del camino de casa
Se dice que cuando uno se casa, se acepta a ser parte de la familia de su pareja. No obstante tal afirmación pueda sonar extraña y exagerada, en cuanto sugiere que no se tiene otra elección sino la de soportar las tonterías imprevistas de la otra familia, hay un punto de verdad. Por cuanto algunos suegros se vuelvan la mejor segunda familia, llevando alegría y satisfacción, otros revelan ser una espina en el zapato a la cual no hay remedio.
Es el caso de una mujer que recientemente ha compartido su historia en el forum de Mumsnet.
via MumsNet
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La autora de la historia ha explicado que la suegra vive en la otra parte de la ciudad y tiene la tendencia de presentarse en la puerta de casa sin preaviso y sin haber sido invitada. En general, la mujer se presenta alrededor de las 8:15 de la mañana en los días laborables, cuando el hijo - o sea el marido de la protagonista - comienza a trabajar a las 8:30.
En la familia del hombre es normal pasar por la casa de los demás que viven todos en el mismo barrio, pero a ella no le gustan justamente las visitas sorpresas. "Siendo una persona muy reservada y más bien introvertida, tengo necesidad de tiempo para prepararme mentalmente a cualquier visita prolongada o de socialización. Mi marido le ha dicho a su madre que me llamara o mandara un mensaje antes de presentarse, pero ella se ha negado y le respondió: No tengo necesidad de preguntarle, soy tu madre". Inútil decir que la cosa no ha funcionado", ha contado la mujer.
Entonces la pareja hizo instalar un enorme portón lateral en el camino, visto que la suegra tenía la costumbre de pasar por atrás y golpear la ventana de la sala cuando los dos no respondían por la puerta de ingreso. "El verano pasado hemos tenido huéspedes que no veíamos hacía tiempo y ella se ha presentado por atrás, entró y se unió a nosotros hasta que mi marido no le ha hecho señas que se fuera. Lo veo tan invasivo, maleducado y socialmente innepto, pero parece que ella no se da cuenta", ha dicho la mujer.
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La joven mujer ha explicado que no logra digerir las visitas de la suegra porque no logra sostener una conversación a la par. En el curso de sus "visitas" improvisadas, la señora parece que se limita a dar verdaderos y propios monólogos sobre sus dramas familiares y sobre sus problemas de trabajo hasta estallar en lágrimas. "Cuando ocurre, yo me siento en dificultad y mi marido toma su teléfono ignorándola. Honestamente no logro recordar una vez donde me haya preguntado como estoy o que cosa me sucede en la vida", ha explicado. Por eso, no sabiendo como resolver la situación, la mujer ha pedido consejo en la web.
La comunidad ha demostrado mucha solidaridad y ha dispensado algunos consejos, casi todos centrados sobre una conversación educada, pero directa hacia la suegra, con el fin de resolver la historia de manera civil. "Sé sincera. La próxima vez que venga a verte, dile claramente que te gusta tener tiempo para ti misma, explicándole que tu marido la contactará cuando haya terminado de trabajar para organizar un momento donde la familia pueda reunirse. Podría reaccionar como si hubiese sido descortés, pero si eres educada en el modo en que lo explicas, no hay porqué sentirse en culpa. Se ha vuelto una costumbre y podría reaccionar mal si tratas de interrumpirla, ¡pero no tirarte para atrás!", ha aconsejado un usuario.
¿Y ustedes como resolverían la situación?