Niño pierde a sus dos padres: hermanastra lo adopta y le da la familia que merece
En la vida hay personas más afortunadas y otras que no tanto, pero cuando te enfrentas a la negatividad, nunca hay que darse por vencido, porque la suerte podría cambiar su rumbo y dirigirse hacia ese adulto o ese niño que ha sido centro de episodios desagradables. La historia que estamos por contarles ha seguido precisamente este recorrido y de una inicial y mala situación, se transformó completamente hasta convertirse en un hermoso cuento con final feliz.
Una historia que, para una mujer y su pequeño hermanastro, resultó ser fundamental para forjar una relación dulce y cariñosa. Les contamos de Easton y Molly.
via Creepy World
Easton tenía dos años cuando sus padres fallecieron. Su madre falleció repentinamente, precisamente mientras su papá estaba luchando contra una grave enfermedad. Consciente de que en poco tiempo su pequeño se quedaría solo, en sus últimos días el hombre se puso manos a la obra para encontrar un buen alojamiento para su hijo. Entonces se comunicó con la única persona que podría amar a Easton como habían hecho él y su esposa: su hija Molly.
Molly Shultz vivía en Washington con su esposo y 4 hijas cuando fue llamada por su padre y se enteró del fallecimiento prematuro de su madrastra. "Sabía que mi padre estaba mal- declaró la mujer- pero saber lo de su esposa ha sido un golpe duro. Inmediatamente me embarqué sobre un avión con mis gemelas y llegué hasta lo de mi padre. Estaba preocupada por él, pero sobre todo por mi pequeño hermanastro Easton". Cuando la mujer llegó a Michigan, su padre le pidió que se haga cargo del pequeño. Ya que ella y su esposo siempre habían deseado tener un varón además de sus 4 espléndidas niñas, y al no tener ninguna intención en dejar a su hermanastro a merced del azar, Molly inmediatamente se puso a disposición y comenzó el proceso para la adopción.
Un recorrido que duró más de un año que, luego de angustias, vicisitudes, algún retraso y muchas ganas de cerrar un capítulo tan triste, tuvo un epílogo positivo. El pequeño Easton, de hecho, primero fue confiado al cuidado de su hermana y luego la adopción se volvió definitiva. "Siempre me llamó mamá- contó Molly- Quizás porque esuchaba a mis otras hijas decirlo, pero nunca se dirigió hacia mi llamándome por el nombre. Es estupendo tenerlo con nosotros y saber que hizo feliz y dejó tranquilo a mi padre en los últimos momentos de su existencia. Y además, no podríamos haberlo hecho de otra manera y dejar a ese pequeño solo".
Una historia con final feliz que demuestra, aún una vez más, cómo los sentimientos pueden superar cualquier cosa y lograr vencer las adversidades de la vida. Siempre es reconfortante leer sobre personas que realizan gestos de altruismo y generosidad incondicional y que deciden hacer algo para mejorar la vida de otra persona.
Felicitaciones a Molly y buena vida para ella y para toda su hermosa familia, incluido, obviamente, el pequeño Easton..