Enfermera adopta al niño que hizo nacer: "inmediatamente hubo un fuerte vínculo entre nosotros"
Muchos padres se vuelven tales "de forma inesperada" con embarazos imprevistos, pero es definitivamente insólito encontrar un padre adoptivo que se convirtió así "por casualidad": esto es lo que le ha sucedido a Claire Mills, una joven enfermera de 25 años que repentinamente se encontró deseando adoptar un niño que ella misma ayudó a traer al mundo.
La mujer esperaba ser madre, pero nunca había pensado en la adopción. Sobre todo, en el período en el que todo sucedió, estaba soltera, se había apenas comprado una casa en Sugarland, en Texas y tenía dos trabajos en hospitales diferentes para pagar la hipoteca.
via Inside Edition
Era su segunda semana de trabajo en el Houston Methodist Medical Center y fue llamada para asistir a un parto. En el momento en el que cruzó miradas con ese niño, todo cambió. "Inmediatamente sentí un vínculo con él", contó. "Me parecía muy familiar. Me parecía que lo conocía". El pequeño Jackson -este es el nombre elegido para el recién nacido- pasó las primeras semanas de vida en el hospital, donde Mills lo cuidó enamorándose cada día más.
Sabía que la madre del recién nacido tenía algunos problemas, entonces Mills se acercó a ella para mostrarse disponible y ayudarla. Luego, un día, Jackson fue dado de alta del hospital y se fue a su casa. "Estaba muy triste y lloré por eso, pero llamé inmediatamente a la asistente social y le pregunté si había algo que podía hacer para ayudarlos", explicó. No mucho tiempo después, la enfermera recibió una llamada. Era la madre biológica del niño.
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La mujer explicó a Mills que no tenía los medios para darle a Jackson la educación que merecía y le preguntó si estaba disponible para convertirse en su madre adoptiva. La joven enfermera aceptó inmediatamente e inició las prácticas burocráticas para proceder con la adopción, a pesar de sus compromisos laborales de 12 horas al día.
Sin embargo, afortunadamente, la madre biológica de Jackson no se fue del todo de su vida y las dos mujeres formaron equipo para garantizar la mejor rutina del pequeño. Mills trabaja siempre 12 horas al día durante 4 días a la semana, momento en el cual el pequeño Jackson queda al cuidado de su madre biológica. Los días restantes de la semana regresa a casa con ella.
Una historia que nos recuerda cómo el destino, a menudo, nos tiene reservado maravillosas sorpresas. Quizás es un período en el que ni nos imaginamos hacer algo que luego, a largo plazo, resulta muy importante para nuestra existencia. Para esta mujer sucedió precisamente esto y no podía estar más que feliz por ello.
