Su esposa está enferma pero él tiene que trabajar: clientes le compran toda la mercadería y él puede cerrar antes (+ VIDEO)
Cuando la vida nos pone frente a momentos difíciles y no siempre es fácil afrontarlos, afortunadamente, están siempre quienes saben como dar la ayuda adecuada y colaboran de alguna manera a una recuperación de los hechos. Un poco como le sucedió a John Chhan, un hombre de 62 años que, por un problema de salud de su esposa repentino, se quedó solo gestionando el negocio familiar y esto hizo que disminuyera el tiempo transcurrido con su dulce mitad.
Es aquí donde intervinieron sus clientes e hicieron algo extraordinario. Descubrámoslo juntos.
via CBS News
John y Stella juntos durante 30 años tanto en la vida como en el trabajo, dirigían un negocio de alimentos donde vendían diferentes productos de pastelería y panadería. Un pequeño comercio muy conocido, apreciado y concurrido por todos los habitantes de la zona. Motivo que llevó a la mayoría de los clientes a encariñarse y conociendo bien a la pareja, se dieron cuenta inmediatamente que algo no estaba bien cuando Stella, de repente, ya no se presentaba al trabajo.
Al pedirle noticias a su esposo, los habitantes descubrieron que la mujer había tenido un problema de salud y durante un período de tiempo no podía ir a trabajar. Entonces, todos tomaron medidas para iniciar una campaña de recaudación de fondos, para darle la posibilidad al hombre de pasar menos tiempo en el trabajo y más horas con su esposa. Pero él, consciente de tener ahorros suficientes disponibles, acumulados durante 30 largos años de trabajo- y quizás también por un poco de orgullo- rechazó la oferta y decidió continuar con su habitual horario de trabajo.
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Decisión que no fue acetada completamente por los clientes fieles los cuales, decididos a hacer algo por dos personas tan amables, se pusieron de acuerdo para comprarle toda la mercadería producida por John cada día, dándole la posibilidad de cerrar antes. De esta manera el negocio ya no estaría abierto desde las 4 de la mañana hasta las 2 de la tarde, sino solamente hasta las 12, momento en el que el dueño se iría con Stella.
"Son personas tan dulces y trabajadoras- dijo un cliente habitual- Pensé que si un número suficiente de personas compraría un poco de rosquillas cada mañana, John podía cerrar temprano e irse con su esposa". Una iniciativa muy altruista que se hizo viral en la web e hizo que se conozca el local de los Chaan a tal punto que, cuando la esposa regresó luego de un período de convalecencia, fueron entrevistados y pudieron contar esta historia tan emocionante y llena de bondad.
Si hubieran más personas como estos clientes, más generosidad y bondad en sus corazones, el mundo sería un lugar mejor, ¿no lo creen?