Abuelo de 93 años se siente solo y no tiene comida en su casa: llama a la policía para tener un poco de compañía

por Patricia Zorzenon

05 Agosto 2022

Abuelo de 93 años se siente solo y no tiene comida en su casa: llama a la policía para tener un poco de compañía
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La vejez puede ser muy dura de afrontar para la mayoría de los ancianos que se encuentran solos y sin la posibilidad de pasar su tiempo deleitándose con algunas actividades. Gennaro, por ejemplo, es un abuelito de 93 años de Carpi, que luego del fallecimiento de su esposa se encontró completamente solo y abandonado a sí mismo. El abuelito logró vencer la vergüenza y pidió ayuda, levantando el teléfono y contactándose con la policía de su ciudad: "Tengo hambre y sed, ¿pueden traerme algo?" preguntó amablemente a la central de la estación de Módena. El operador, obviamente, no ha ignorado su solicitud y envió inmediatamente dos oficiales al lugar.

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Gennaro è un nonnetto carpigiano di 93 anni che ieri mattina, messo da parte l’imbarazzo, si è fatto coraggio e ha...

Pubblicato da Vizi e desideri su Lunedì 1 agosto 2022

La soledad de los ancianos es uno de los problemas más grandes y graves que cada país debería de alguna manera afrontar. No siempre las familias pueden apoyar a los ancianos como quisieran, mientras que en otras ocasiones sucede que estas familias desaparecen de la vista de los familiares más ancianos, obligados a acudir a alguna residencia de ancianos en el mejor de los casos. Sin embargo, en el peor de los casos, se encuentran completamente solos.

Abuelo Gennaro de 93 años, no se sentía simplemente solo, sino que también tenía hambre. El viejito tomó coraje, levantó el teléfono y sin saber a quién otra persona contactar, llamó a la policía: "Tengo sed, tengo hambre, ¿pueden traerme agua y alguna fruta?", preguntó con amabilidad y luego agregó: "No manzanas, son demasiado duras y no puedo masticarlas".

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Pexels / Not the actual photo

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Su pedido de ayuda fue aceptado inmediatamente: dos policías se presentaron poco después en su domicilio con bebidas y comida. Obviamente, Gennaro estaba muy contento por la visita recibida, además de la comida. El abuelito recibió a los dos oficiales con una sonrisa y los invitó a sentarse con él para un café: "Siéntense, tomémos un café juntos, por favor se los pido". Para Gennaro esos minutos que pasó con los dos policías han sido un momento de evasión que le permitió hablar un poco con alguien, en lugar de quedarse siempre solo y absorto en sus pensamientos. El anciano le contó su historia a los oficiales, de cómo su abuelo había luchado en la guerra y cómo él había trabajado como empleado en una gran multinacional, así también cómo cocinaba bien su esposa. Lamentablemente, luego del fallecimiento de esta última se quedó solo con sus recuerdos.

"En la vejez todo se vuelve distante, a menudo incluso la habitación de al lado", dijo Gennaro con un toque de melancolia. La visita, a pesar de haber sido corta, fue muy apreciada por el hombre, quien instó a los dos oficiales a que lo visiten también en un futuro: "Regresen a verme, los espero".

 

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